¡ConcilioVaticanoIIIYa!

 Esta misma tarde, tomando un café, serenamente, en la plaza del pueblo, he estado hablando con Miguel, un laico, sobre la situación que está atravesando nuestra iglesia. Creí que éramos solo los sacerdotes y religiosos  quienes vivíamos esto con una cierta preocupación por no decir con alarma. Pero hoy me he convencido de que esta sensación de tristeza por nuestra iglesia la comparten muchos laicos también. Estaba en estos pensamientos cuando me ha llegado un wasap de un sacerdote joven, que yo admiro por su seriedad, su amor a la iglesia  y su espíritu de búsqueda, muy comprometido, que me dice textualmente:  “O hay un Vaticano III que saque a la iglesia de la Edad Media o esto revienta por las costuras”

Me asomo a su Facebook y leo

“¿Y si... #VaticanoTerceroYA ?

Laicos con responsabilidades ministeriales, igualdad plena entre mujeres y varones, ecumenismo, fin de la homofobia, sinodalidad, interculturalidad…”

 Y verdaderamente no anda muy desencaminado este sacerdote amigo. La barca de Pedro está azotada en este momento por olas inmisericordes que se lanzan contra ella y sentimos miedo de hundirmos como los discípulos. “Señor, sálvanos que perecemos” Hay muchos temas urgentes que la iglesia necesita abordar, además de los que ha señalado mi amigo en su Facebook, como por ejemplo, el tema de la escasez de sacerdotes, la ordenación de la mujer, la horrible herida del crimen infame de la pederastia del que tardaremos mucho tiempos en recuperarnos, las ambiciones de algunos cardenales que están cuestionando la misión del papa Francisco y buscando adhesiones a su causa para el retroceso y, sobre todo, la gran deserción que se está produciendo en nuestras filas por éstas y otras muchas razones. Estamos en un tiempo de crisis abierta. Y, aunque yo nunca he temido a las crisis porque una crisis provoca cambios y sacude conciencias, que es lo que necesitamos -decía Casaldáliga que la crisis es la fiebre del Espíritu, sólo los muertos no tienen crisis- considero que está llegando el tiempo de una profunda reflexión en toda la iglesia que nos vuelva a poner las pilas como hizo el concilio vaticano II, a todos. En este tiempo de aguas revueltas hay muchos queriendo llevar el agua a su molino. “Aguas revueltas, ganancia de pescadores”.

Una nueva oleada de aire fresco

Las canas dominan el paisaje eclesial y los jóvenes no se ven por las celebraciones ni en cuenta gotas. Algo grave nos está pasando porque esto no se reduce a un país concreto sino que está tomando un cariz universal cada día más. Me comentaba hace poco un amigo, profesor en Polonia y escritor, que la situación de la vieja y católica Polonia se parece, cada día más, a la de España. Y él conoce bien las dos realidades.

Todo esto me lleva a sentir, con mi amigo sacerdote, que, tal vez, un Concilio Ecuménico Vaticano III pudiera ser una nueva oleada de aire fresco en la iglesia. ¿Y por qué no? No tendría por qué ser en el Vaticano. (Tal vez en América) Y nadie tan idóneo como el papa Francisco para convocarlo. ¡ConcilioVaticano III YA! Si estás de acuerdo, únete a la petición! Hagamos una ola.