En guardia para que no nos roben la Navidad ¡Feliz año nuevo 2023!

Hacen falta cristianos orgullosos de serlo

1) EL TIEMPO ES EL MISMO, AYER, HOY Y MAÑANA.

  • Para Dios mil años son como un día y un día como mil años.
  • Para nosotros, no. El tiempo pasa sin que podamos detenerlo ni un solo instante y con él también nosotros vamos pasando y consumiéndonos.
  • Estamos de paso, somos peregrinos, somos huéspedes de cuanto nos rodea. ¿Qué nos aguarda más allá del horizonte, en el recodo del camino
  • 2) QUISIÉRAMOS HOY ALEJARNOS DE LOS TRÁGICO Y DE LA NOSTALGIA, PARA ACERCARNOS CON REALISMO AL DIARIO ACONTECER DE LOS QUE SOMOS Y HACEMOS.
  • Nos hace falta un chequeo que controle el colesterol que llevamos en la fe y en la ilusión. No sea que suframos un infarto de desesperanza y acabemos acomodándonos en la casa de este mundo en que vivimos, olvidándonos de que no es nuestra. Solo somos inquilinos.
  • Al finalizar un año parece obligado volver la vista atrás antes de atravesar definitivamente la puerta del año 2022.

- El espejo, como el algodón,  no engaña: el año 2022 ha dejado en nosotros, sin duda, cicatrices de gozo y de amargura.

  • - Sentimos un poco más el peso de los años, de la responsabilidad, del cansancio acumulado, del estrés de cuanto hacemos.
  • - Tal vez, incluso, nos han llegado avisos cercanos de muerte de seres queridos, de injusticias sangrantes, de catástrofes de la naturaleza, de guerras –todavía, después de tantos años seguimos empeñados en solucionar los problemas con las guerras. Ucrania es el ejemplo más sangrante que estanos sufriendo todos.
  • - Sin duda hemos estado cerca de la cruz saboreando el condimento amargo de la vida.
  • Pero también, si somos objetivos en nuestro análisis, nos vendrán a la memoria innumerables acontecimientos de gozo y de esperanza.
  • - Seguimos aquí, viviendo, soñando, latiendo al ritmo del corazón.
  • - Cada día se nos regala una oportunidad nueva y nos rodea más amor del que podemos dar.
  • - Amanece sale el sol sin haberlo pretendido y tenemos en la mesa un plato caliente y, cada noche, unas sábanas limpias, que no todos pueden disfrutar.
  • - Respiramos cada día y por ahora nadie nos raciona el aire.
  • - Y la naturaleza que nos rodea nos llena los ojos de belleza y no hace estremecernos de emoción sin que tengamos que pagar entrada.
  • - La vida es un don maravilloso, que no acabamos de valorar en su justa medida.
  • - Por eso el sentimiento primero que brota del corazón sin permiso, al final de este año 2022, es GRACIAS.
  • - GRACIAS, SEÑOR, POR EL AMOR SIN LÍMITE QUE HAS PUESTO EN NOSOTROS, AUNQUE MUCHOS NO SE HAYAN DADO CUENTA TODAVÍA
  • 3) PERO NO ESTÁ BIEN QUE PASEMOS LA HOJA DE ESTE LIBRO DE LA VIDA DEL 2022, SIN REPARAR EN LAS MANCHAS DE TINTA QUE AFEAN SUS PÁGINAS.
  • Tal vez no hayamos matado, ni robado, ni hayamos causado daño a otros. Está bien, pero no es suficiente.
  • Un árbol que no da fruto, aunque no sea dañino, sirve para muy poco.
  • Hemos tenido en nuestras manos la posibilidad inmensa de hacer el bien y tal vez la hayamos enterrado en la tierra como aquel del evangelio.
  • Al comienzo de este año estamos enviados a ser testigos valientes de Jesucristo para el hombre de hoy. ¿Estamos dispuestos nuestra tarea?
  • Desde muchas instancias y gritos se nos ha invitado a la solidaridad: Ucrania, Centroamérica, Cáritas, colas del hambre ¿Hemos respondido a esta llamada? ¿O hemos dado algunas migajas para tranquilizar nuestra conciencia?
  • Por eso, al final de este año, brota también, como un suspiro de pesar, la palabra PERDÓN.

Perdón, Dios y Padre bueno, por haber recibido tanto y haber dado tan poco.

  • Pero Dios nos regala un nuevo año.
  • Podemos disfrazarlo de fiestas, placeres y cuentos o llenarlo de vida, de fe y de esperanza.
  • El niño Dios, nacido entre nosotros, quiere ser camino de crecimiento personal, eclesial y social. “crecía en edad, en gracia y en sabiduría....”
  • Frente a los catastrofistas que miran a la iglesia con desconfianza, emparejándola una y otra vez con la inquisición, en el siglo XX, y cuestionan los valores del evangelio...

       Hacen falta cristianos recios, orgullosos de serlo, que no agachen la cabeza ante las

       embestidas, dispuestos a dar razón de su fe donde se la pidan, y abiertos a la vida y a la

       lucha pacífica.

  • Frente a los pseudoprogresistas que confunden la libertad con el instintos, que hablan constantemente de derechos, pero nunca de deberes, y promueven una cultura individualista y hedonista

       Hacen falta cristianos de talla, agarrados a las raíces del Evangelio, convencidos de que es

       la entrega y no el disfrute, lo que traerá la felicidad a nuestro mundo.

  • Frente a los autosuficientes que no confían en Dios, sino en sí mismos, en sus estructuras de poder y en su capacidad de influencia social...

      Hacen falta cristianos de vanguardia, convencidos de que el cambio de verdad que necesita

      nuestro mundo pasa por el cambio del corazón de cada uno de nosotros. No cambiará el

      mundo si no cambiamos las actitudes del corazón. El mundo cambiará más desde la

      humildad de todos que desde el poder de unos pocos.

  • 4) FELIZ AÑO NUEVO, HERMANOS. OJALÁ SEA DE VERDAD NUEVO.
  • El tiempo no es una desgracia que tenemos que asumir sin remedio.
  • El tiempo es la posibilidad para el amor y la felicidad; por eso Dios se ha encarnado en nuestro tiempo.
  • No servirá de nada un año nuevo si vamos a perpetuar nuestras actitudes caducas.
  • El vino nuevo, en odres nuevos; vidas nuevas para un año nuevo.
  • No dejemos que nos roben y nos disfracen las cosas hermosas de Dios con fuegos artificiales, luces de colores y cenas copiosas.
  • Dios ha nacido, vive entre nosotros, quiere ser acogido y nos regala para ello un año nuevo. Sería una pena que no viéramos esto porque estamos mirando al langostino. Que la resaca de la fiesta no nos impida ver claro el horizonte luminoso que se nos regala.
  • Los cristianos hemos de estar en guardia para que nadie nos robe la Navidad. No puede nacer en vano el Dios que tanto nos ama.
  • Feliz noche vieja y año nuevo. Feliz vida nueva que Dios nos regala. ¡Feliz año de Dios de 2023!

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