Meteos el progreso por donde os quepa La ley del aborto, otra chapuza

La guillotina pende sobre millones  de niños no nacidos en España

 La ley del aborto será siempre  una chapuza porque es el resultado de un gran fracaso humano y social. Han conseguido, a fuerza de manipulación del lenguaje y de los medios afines  al “progresismo” -Ya no se llama aborto sino interrupción voluntaria del embarazo-  disfrazarlo de progreso.  Pero es un fracaso estrepitoso a todas luces.

  En pocos años hemos pasado de que el aborto sea un delito a que sea un derecho. Y las conciencias vamos asimilando poco a poco lo que nos digan por miedo a que nos llamen cosas raras. ¿Tan equivocados estábamos antaño y tan acertados estamos ahora? Parece extraño. Y yo creo que no es ni una cosa ni otra.  No debemos perseguir a una mujer por un aborto ni debemos premiarla pagando los gastos por un aborto. Seamos sensatos. 

Ahora con el “activista” y poco objetivo Conde Pumpido presidiendo el Tribunal constitucional,  ni con los políticos desembarcados en ese tribunal, podremos tener esperanza de justa objetividad. Si al menos se abstuvieran por estar contaminados… Pero la ideología  y los sátrapas imperan en este país  y de nuevo la Justicia española en su más alto Tribunal se verá puesta en entredicho, dentro y fuera del país. Ya veremos lo que dice el tribunal de Estrasburgo, como le ha dicho a Polonia y a Hungría por casos semejantes. No aprendemos.

Nunca será un progreso exterminar a miles  de niños antes de que vean la luz.  El óvulo fecundado es ya un ser distinto y único  que ha comenzado su proceso vital y el aborto lo destruye por completo. No lo digo yo sino que lo afirma la ciencia, que es sagrada mientras no nos lleve la contraria.

Lo que las mujeres embarazas necesitan son ayuda  para salir adelante, con o sin sus maridos. Lo que no se puede es pasarse la vida hablando  de feminismo y de igualdad y no ayudar en nada  las mujeres embarazadas que tanto bien hacen  a la sociedad porque sin una natalidad aceptable no se podrá sostener el llamado “Estado de bienestar” del que tanto presumimos.  Lo que no es lógico es presumir de que aquí protegemos  la infancia y aprobar  que la menores puedan abortar sin consentimiento de sus padre. ¿Hemos perdido la cabeza?

Pero de esto se habla poco porque no es políticamente correcto. Aquí lo correcto es abortar aunque sea un mal indiscutible para la madre, para el niño engendrado y para la misma sociedad. ¿A quién beneficia? Sólo a las clínicas abortistas.

Y no me vengan con la matraca de que yo soy hombre y no debo opinar sobre lo que no me atañe porque esto afecta y muy gravemente a toda la sociedad de la que formamos parte hombres y mujeres por igual.

Otro argumento esgrimido es que las mujeres con sus cuerpos hacen lo que quieren porque este razonamiento va contra las propias mujeres y en favor de la prostitución.  Un cuerpo, sea de quien sea, es demasiado valioso para hacer con él lo que uno quiera, además de que no es nuestro, nos lo han regalado por un tiempo. Seamos serios.

 En fin, que Conde Pumpido y la banda ya tienen colocada la guillotina y están dispuestos a dejarla caer sobre la cabeza de millones de niños no nacidos en bien del progreso.  Pues os metéis el progreso por donde  os quepa.

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