Gaza en el corazón La paz fruto pascual

Basta ya con el horror de las guerras

Me ha escrito Montse, una querida amiga catalana, misionera laica junto a su esposo Ton, para desearme una Pascua feliz y me dice algo que es muy simple pero muy cierto y hermoso: "Que haya paz, que la gente que está sufriendo, como está pasando en las guerras tan terribles en las que tantos niños están muriendo de hambre. Que ya paren de una vez, que parece que la gente se ha vuelto totalmente loca. Que no saben que Dios nos dio la vida para vivirla y ser felices y hacer felices a los demás. Esto que parece tan simple y tan complicado al mismo tiempo, es solo un propósito y hay gente para quien esto son solo despropósitos. Así va el mundo con los que mandan y sus despropósitos"
Me ha hecho recordar estas palabras de Montse una escena que he visto hace unos días en un noticiario, hablando de la guerra en Gaza, y que me ha parecido vergonzosa y obscena en un mundo desarrollado como el nuestro: Una niña en los huesos, muriendo de hambre en Gaza por falta de alimentos. Esa imagen me estremeció. Me transportaba -¿quién lo diría?- a esas imágenes tan conocidas de los presos judíos, esqueléticos, en los campos de concentración de los nazis en Alemania. ¿Es que el pueblo judío no ha aprendido esa terrible lección para que ahora someta a la misma situación a los civiles de Gaza? No puedo entenderlo. Un pueblo que ha sufrido esa situación tan injusta e inhumana no puede ahora someter a otro pueblo al mismo horror que él mismo padeció en su momento. Esto es otro holocausto. Deberíamos aprender de la historia. No discuto que tenga que defenderse del terrorismo inhunano, fanático e injusto de Hamás, pero no pueden ponerse al mismo nivel a los terroristas de Hamás que a las mujeres, ancianos y a los niños inocentes de la población civil de Gaza.
Solo una semana antes de que comenzara esta guerra tuve la oportunidad de estar en Gaza. Vi una población con ganas de crecer y desarrollarse, pero siempre con la desconfianza de que cerca había un valla que dividía Jerusalén de Gaza. Un muro de 800 kilómetros a lo largo de Cisjordania que rodea Jerusalén. Este muro, construido por Israel, llamado de la vergüenza, busca separar a los israelíes de los palestinos. Muchos palestinos cristianos vendían sus recuerdos religiosos a los peregrinos para poder vivir en un contexto de marginada minoría. Encima de las puertas de sus casas colocan en piedra la figura de san Miguel arcángel, como un signo de fortaleza en medio de su debilidad. Muchos de estos cristianos palestinos se han refugiado en las iglesias para evitar las bombas y el exilio. Esta guerra no es de religión; hay palestinos musulmanes, cristianos, judíos y ateos. Esta guerra esconde otros intereses más complejos aprovechando la disculpa del ataque de Hamás.
Algo está fallando y de manera muy evidente en esta situación de guerra que está ocasionando tantos crímenes de guerra. La comunidad internacional debe reaccionar de inmediato y detener esta locura. Como la locura de la invasión ilegal de Ucrania, que es más de lo mismo. Ojalá la Pascua del año 2024, que hemos inaugurado, nos regale la dicha de ver pronto una paz estable y duradera en Gaza y en Ucrania. Sería el mejor fruto pascual.

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