La verdad es que comenzar un blog con “latinajos”, como dicen los chavales, no parece muysugerente... pero me permite hacer uno de mis pasatiempos más frecuentes: jugar con las palabras. El nombre del blog es “Timor”, en referencia sobre todo al lugar en que me encuentro.

Pero también en relación con mi identidad cristiana y educadora: nuestro fundador, san José de Calasanz, nos invitaba a educar en el “temor del Señor” (Timor Domini), es decir en el amor a Dios reconociendo su grandeza, la grandeza impresionante de la cruz.

Volviendo al lugar en que me encuentro, se trata de Timor Oriental, la penúltima nación independiente reconocida en la comunidad de naciones. Concretamente, en una pequeña islaque se llama Ataúro, lugar de la mayor biodiversidad en costa del mundo, para presumir ya dealgo.Timor viene de la lengua malaya o del bahasa indonesio(semejantes)significando “Este”.

La isla de Timor está dividida en dos partes, la occidental pertenece a Indonesia y la oriental es independiente, por fin desde 2002. Así que Timor Oriental es como decir“ el este del este”...Timor Oriental (Timor Leste en portugués) tiene una historia fascinante, antes, durante y después de su proceso de independencia, como en su momento intentaré mostrar.

Esto, unido al papel de la Iglesia local en dicho proceso, me lleva a aplicar el títulode este primer “post” también a este pueblo: Timor Domini, Timor...del Señor. Pues bien. Un servidor terminaba la misión encomendada en España durante ocho años, tras diez en África, con la idea de volver a Guinea Ecuatorial o a Gabón, donde ya había estado. Pero el hombre propone y Dios dispone, es lo que el voto de obediencia nos dice... sorry! Digo, ¡perdón! No he dicho que soy religioso, escolapio en concreto, español de Santander.

Pues eso, que pensaba volver a África cuando el P. General me propuso iniciar la fundación en Timor Oriental. Me chocó un poco... pero de inmediato le dije que sí. Conocía algo de Timor por mis visitas a Indonesia y al lugar durante los 6 años últimos. Esto me daba ilusión: un país que ha sufrido mucho, con niveles de pobreza muy elevados que, además, se manifiestan en un serio problema educativo y de malnutrición.

Un buen campo de servicio evangélico para los escolapios. Así que aquí me encuentro, en Timor Oriental, dispuesto a compartir algunas de mis impresiones, de mis experiencias y de mis reflexiones con los lectores. Esperando que el encuentro con esta otra realidad pueda ser enriquecedor, o al menos estimulante.

En algunos momentos me permitiré también reflejar mis puntos de vista de lo que acontece ennuestro mundo, Iglesia, cultura, sociedad... no deja de ser camino para el Timor Domini. Por otra parte, asumo otro desafío: interaccionar positivamente con los comentarios, siendo consciente de que entre los mismos se filtran también algunas personascon altas dosis de frustración y juicio rápido... quizás el diálogo también sea posible.

Próximamente compartiré por qué me parece tan fascinante, única, magnífica... la historia de Timor Oriental. Vale la pena.