#sentipensares2025 El Anticristo y la masonería: señales proféticas en la lucha por la lealtad y la verdad

El Anticristo y la masonería: señales proféticas en la lucha por la lealtad y la verdad
El Anticristo y la masonería: señales proféticas en la lucha por la lealtad y la verdad


El trayecto de la salvación enfrenta resistencia. Desde el principio hasta el final, las Escrituras muestran una lucha entre la luz y la oscuridad, entre el Reino de Dios y las fuerzas que intentan reemplazarlo. En este contexto profético, el Anticristo y la masonería surgen como símbolos de una lucha espiritual que tiene lugar no solo en el mundo, sino también dentro del propio corazón de la Iglesia.

El Anticristo no es meramente una figura del futuro, ya está entre la multitud, busca adoración, se infiltra en la historia: la elevación de él mismo por encima de Dios, la negación del misterio de Cristo y la atracción de una espiritualidad sin sacrificio. San Pablo advierte que *“el misterio de la iniquidad ya está en acción”* (2 Tes 2:7), y San Juan lo reconoce como aquel que *“niega al Padre y al Hijo”* (1 Jn 2:22). Esta negación no siempre aparece como persecución abierta, sino como una falsedad: una luz que no brilla, una paz que no salva, una fraternidad que no surge del Espíritu, una luz de engaño que emerge de satanás.

Desde la perspectiva profética de la Iglesia, la masonería representa un sistema que busca establecer una espiritualidad basada en la razón, esotérica y relativista, que no se alinea con la fe revelada. Su concepto del “Gran Arquitecto del Universo” reemplaza al Dios trinitario por una noción abstracta que diluye la identidad cristiana. Su fraternidad, aunque disfrazada de ayuda humanitaria, omite la cruz, la gracia y la comunión con la Iglesia. Por esta razón, el Magisterio ha sido claro: no se puede ser cristiano y masón al mismo tiempo, ya que son dos caminos espirituales en dirección opuesta.

Desde un enfoque profético, estas situaciones no deben ser vistas únicamente como amenazas externas, sino como desafíos que purifican la fe. El Anticristo y la masonería son reflejos que revelan áreas de tibieza, confusión y seducción que ya existen incluso en el entorno eclesial. Los y las profetas no denuncian por odio, sino por amor; no por condena, sino por lealtad. Y la Iglesia, como cuerpo profético, está llamada a vigilar, discernir y proclamar claramente que solo en Cristo hay verdad, luz y salvación.

La lucha escatológica no se gana utilizando estrategias humanas, sino mediante la santidad, la comunión y la obediencia. El o la creyente profética no se deja atraer por discursos de falsa paz ni por espiritualidades sin sacrificio. Se mantiene en la Palabra, en la Eucaristía, en comunión con la Iglesia y en la vigilancia del corazón. Porque sabe que el enemigo no siempre ruge, a veces murmurará.

Hoy, más que nunca, el Espíritu profético necesita despertarse en la Iglesia. No para perseguir, sino para discernir. No para dividir, sino para purificar. Porque el momento es urgente, y la lealtad no puede esperar. El Anticristo y la masonería intentan destruir la fe católica cristiana, pero no triunfarán. Porque la Iglesia, apoyada por el Espíritu, permanece fiel hasta el final.

*Ailin Katherine Palmera Amaya

Secretaria de comité de planeación en Afrihealth Optonet Association

Matrona Global (ECOSOC)
Embajadora de la paz
Embajadora de la salud África

Asesora Cumbre de las Américas

Volver arriba