#pascua2023 MI SENTIPENSAR EN LA PASCUA

Las mujeres hemos sido, somos, y seremos tejedoras de la historia.

2023

Así como las mujeres del alba en la madrugada se encaminaron al sepulcro llevando perfumes y al llegar ya no encontraron a Jesús en su tumba pues había resucitado y fueron las portadoras de la buena noticia de la resurrección, y fueron precisamente mujeres las portadoras de esa buena noticia, para darle un significado valioso del papel que jugamos las mujeres en la iglesia, apóstoles fieles, que no importando los peligros a los que pudieron enfrentarse, tomaron el camino y dieron la buena nueva de Jesús Resucitado.

En este sentido, y contextualizando las mujeres en mi sentipensar, asumimos el papel protagónico de un apostolado revolucionario de denuncia de las estructuras injustas en las que se asientas nuestra sociedades, y por consecuencia, un anuncio de construir el Reino de los Cielos, un reino de justicia, para vivir en la tierra prometida para vivir en abundancia, donde abunda miel y leche.

En estos tiempos de cuaresma, que según las creencias convencionales es de guardar y de respeto a una imagen masculina de Dios, pero solo se hace de manera ritualista, cultual y sacramental, pues no se respetan los derechos humanos de los más pequeños, que es lo que realmente debe de hacerse, pues no se trata de no comer carne, sino de ayunar en no ofender la dignidad humana de las personas sobre todo de las más pequeñas, pues en ellas está el rostro de Jesús.

Las mujeres creyentes feministas en tiempos de cuaresma debemos de reflexionar sobre el papel que debemos de jugar en nuestras iglesias, en nuestro caso la Iglesia católica, y tomar el ejemplo de las mujeres del alba, en enfrentar riesgos para una transformación de las estructuras y que estas sean más justas, en donde estemos todas y todos  viviendo en condiciones de igualdad.

Las Huellas de Sophia ya están puestas en el camino sinodal solo debemos de seguirlas, para seguir caminando, y romper, moldes, ataduras,  barreras, paradigmas, subir montañas, cruzar ríos, pero si lo hacemos juntas y unidas será posible lograr nuestros más anhelados sueños que es construir un mundo de justicia, con equidad de género, con pertinencia étnica, pluricultural, amplio e incluyente, pues ese fue el legado de Jesús Liberador solidario con las mujeres.

Los caminos no se hacen solos, se hacen al andar, y como yo pienso, las mujeres hemos sido, somos, y seremos tejedoras de la historia.

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