#sentipensares La Capellana
¿Cuál es el criterio al rechazar a una mujer con más de 30 años de consagración?
| Susana Pasqualini

Llegó a un alto funcionario del movimiento católico el pedido de oficializar a la “capellana”.
Se trata de una religiosa que desde hace muchos años acompaña ese movimiento en una vasta región del mundo. Y lo hace como en general lo hacen las religiosas: con empeño, con pasión, con fidelidad creativa. Ad honorem, por supuesto.
El pedido de oficializar no era para pedir una remuneración. El objetivo de pedirlo era que pudiera ella ser parte de los encuentros internacionales de capellanes, nutrirse de esos espacios y que la voz de esa región del planeta estuviera, de ese modo, presente allí.
Desde Roma, que allí vive ese funcionario, dijeron que no correspondía. Invitaron a que se busquen un sacerdote como capellán.
“Como si fuera tan fácil”, dijeron. “Los curas que tenemos en la parroquia promedian los 80 años, y sólo porque hay dos diáconos casados al servicio, logran tener alguna presencia en las capillas periféricas”.
“O si no -continuó el alto funcionario-podría ser un seminarista”.
¡Que imbécil este tipo de Roma!. Y no es el único en las altas esferas de nuestra querida Iglesia católica.
¿Cuál es el criterio al rechazar a una mujer con más de 30 años de consagración, que para colmo es teóloga reconocida del país, y postular a un sacerdote que tal vez tenga tiempo sólo para ir a hacer una oración de cinco minutos al comenzar la actividad, o peor aún, a un seminarista, que tendrá sólo el mérito de ser varón…?
Este hecho tan irracional, casi risible, se repite demasiado a menudo en diferentes rincones del planeta.
Por eso, cuando alguien dice que faltan sacerdotes, uno podría decir que en realidad, lo que falta, es que los sacerdotes no tengan miedo de perder poder.
La famosa distribución de la riqueza, que es uno de los puntos centrales del Reinado de Jesús de Nazareth, me parece que también tiene que ver con esto. La Iglesia de Jesucristo posee todos los dones para servir y anunciar, sólo tiene que querer ponerlos a circular.