#sentipensares2025 De Diosa a mujer y de mujer a demonio

De Diosa a mujer y de mujer a demonio
De Diosa a mujer y de mujer a demonio

Los mitos han sido, y serán, formas de explicar el mundo, explicación que, habitualmente, tienen origen en relatos perdidos en el tiempo. La mujer en el inicio de la prehistoria con el homo sapiens, y, particularmente desde el sedentarismo, cuando la convivencia entre hombre y mujer fue más duradera, ella ha sido un misterio difícil de descifrar, razón por la cual se inició la lucha por el poder masculino, en base a su fuerza física y a su función de proveedor. Desde entonces, indiscutiblemente hemos vivido bajo la perspectiva androcéntrica, lo que ha generado un orden que da preeminencia a la visión e interpretación de la realidad desde lo masculino, a pesar de que, según cuenta la historia, particularmente desde una lectura femenina, han existido modelos matriarcales de ordenamiento social, previos al Siglo VIII a.e.c., después de lo cual el denominado patriarcado sea considerado como una realidad universal y absoluta, reforzada por la propuesta bíblica de la creación del hombre y la mujer, siendo ésta creada a partir de él, en la versión Yahvista que es la que se encuentra en el Capítulo 2, 21-23, donde incluso el nombre en el texto original era varona, porque había sido creada a partir del hombre varón, y el nombre se lo pone Adán, lo que, en la antigüedad, significaba que todo era propiedad de quien lo nombraba.

A partir de ese hecho Elise Boulding (citada por Lerner, s.d. ) habla de la construcción sociocultural “al servicio del mantenimiento de la supremacía y la hegemonía masculina” (pag. 38), hasta el Siglo XIX donde el argumento bíblico empieza a ser cuestionado.

Por otro lado, a lo largo de la historia de la humanidad, en particular la historia antigua, ha existido la presencia de las mujeres como divinidades significativas, desde el inicio de la mentalidad patriarcal éstas fueron pasando a un segundo lugar, con la influencia de la religión judaica estas presencias fueron desapareciendo en razón del reclamo divino de ser el único dios, que es mencionado como que  “Jehová es Dios, y no hay otro fuera de Él” (Deuteronomio 4,35) y reafirmado en muchos otros escritos tanto del Antiguo ( Deuteronomio, Isaías, Samuel, Reyes, Nehemías y Salmos entre otros) como del Nuevo testamento (Juan, Romas, Gálatas, Timoteo y Santiago), sin embargo es evidente que incluso en el origen de la fe hebrea, desde los Jueces hasta el rey Josías que en el 622 aC quien de forma definitiva excluiría el politeísmo, se mencionó Asherá como la esposa de Yahvé y diosa.

Una de las razones de esta exclusión es que Asherá era una diosa cannanita, que posterior al ingreso y exclusión del panteón hebreo pasa a ser esposa de Baal, que en los Textos de Ras Shamra se alude a Baal como dios de Ugarit y, por tanto, rival de Yahvé.

Como este ejemplo existen mucho otros donde las deidades femeninas son desechadas y luego transformadas en seres malignos.

Es importante señalar que, en general, los dioses de la antigüedad fueron evolucionando a través del tiempo y de los intercambios culturales.

Mesopotamia, evolución histórica.

Antes de iniciar con el tema que nos ocupa, es necesario una breve visión histórica del entorno de los pueblos que vivieron en la región de Mesopotamia, historia que, de ninguna forma, es sencilla, aunque hay que considerar que dicha historia  inicia hace más o menos 100,000 años, lo que se hace evidente en los hallazgos de Barda-Balka localizada a 3 kilómetros al noreste de lo que hoy es la provincia de Kirkuk en Irán, a pesar de que desde aquellas épocas de la edad de piedra hay habitantes en la región, no es hasta principios del  IV milenio a.e.c.(aproximadamente hacia el año 5,400 a.e.c.), donde es posible recolectar evidencia de la cultura mediante la localización de cerámica y en la primera mitad de este milenio, en la denominada fase de Eridu, al parecer la primera ciudad en la zona, más adelante hacia el año 4,000 a.e.c. es posible ubicar la fase El’Obẽd (también denominada como Obeid u Ubaid), caracterizada por templos sobre terrazas, es aquí donde es factible identificar a los primeros pobladores sumerios, finalmente esta segunda época termina con la fase Uruk, alrededor del 3,000 a.e.c. y esta se considera una evolución protoliteraria con templos que incluyen columnas y se observa la aparición de dioses protectores como Annu e Ianna, los asentamientos mencionados se encuentran al sur del territorio mesopotámico.

A partir de aquí se inicia la historia propiamente dicha, dada la aparición de documentos de orden contable o administrativo, a lo que siguió la construcción de grandes ciudades como Uruk o Lagash ubicadas entre el 2,600 y 2,35 a.e.c., de la primera se estima una población de 50,000 habitantes y era centro de actividades comerciales; la segunda fue considerada una de las primeras ciudades Estado y es significativa la aparición de una clase sacerdotal, la ciudad fue conquistada por Lugalzagesi, rey de Umma como venganza por la previa incursión de Eannatum sobre propia Umma y que es referida en la Estela de los buitres, cunado Lugalzagesi logra su cometido extiende su reinado por Kish, y tras ella por Nippur, Larsa, Ur, y las demás ciudades sumerias hasta que llegó a Uruk, de ahí siguió a Isin, Adab, Mari, y llegando hasta el mar Mediterráneo constituyendo el primer gran imperio.

Al redor del año 2350 a.e.c. los semitas del norte llegan al sur de la región terminando con el reinado sumerio y fundaron Akkad aunque éste es recuperado por el año 2500 con centro en la Ciudad de Ur.

A inicios de segundo milenio surgen las ciudades estado babilónicas, las ciudades del norte principalmente fueron invadidas por los casitas de los montes Zargos, aunque hubo una buena relación entre ambos grupos, es en el Siglo decimocuarto a.e.c. que Asiria ataca Babilonia logrando un dominio de la región hasta el Siglo X cuando los arameos dominan la zonas fronterizas de Asiria, a pesar de lo que un Siglo después vuelve el poder Asirio en la denominada época neoasiria, la que termina en la unión de Asiria y Babilonia bajo el gobierno de Tiglatpileser III, quien es su política expansionista conquista Samaria, destruye Israel y lleva a Mesopotamia unos 30,000 judíos, el conglomerado de esclavos empieza a sublevarse hacia el año 703 a.e.c. en la propia Babilonia, hasta su destrucción por Senaquerib.

Babilonia se recupera y en el año 586 a.e.c. Nebukadnezar II (Nabucodonosor II) invade Jerusalén llevándose 70,000 judíos.

Finalmente, en el 331 a.e.c. entra Alejando Magno y a su muerte el imperio seléucida.

Según Lara Peinado,

Fue en el país de Sumer y Arkkad donde tuvo lugar también la invención del mito, tanto como un hecho puramente religioso, como el de una necesidad literaria y esta evidencia histórica debe ser remarcada y tenida en cuenta a la hora de abordar el estudio del mito en sus orígenes y en sí mismo y no dejarse constreñir tanto por la mitología clásica (basta el extremo de atribuir a los griegos la maternidad del mito) o por la de las sociedades primitivas (Lara Peinado, 2002, p. 13)

El Opuesto

Es importante señalar que en la religión judeo-cristiana durante el Antiguo Testamento (AT) Yahvé era una divinidad que si bien podía ser todo bondad, también podía ser terriblemente cruel, celoso, destructor, brutal y vengativo, bastan algunas citas para hacer evidente esta característica del Dios del AT “Dios celoso y vengador es Jehová; vengador es Jehová y lleno de indignación; Jehová tomará venganza de sus adversarios, y guarda ira para sus enemigos” (Nah1:2), “…entonces yo procederé con hostilidad airada contra vosotros, y yo mismo os castigaré siete veces por vuestros pecados” (Lev 26:28), incluso era invocado como guerrero: “Oh SEÑOR, Dios de las venganzas, oh Dios de las venganzas, ¡resplandece!” (Sal 94:1), esta imagen de Dios va cambiando hasta darle características de bondadoso, amoroso, clemente, misericordioso y compasivo.

Pero surgía el problema del mal para lo cual se tornó necesario atribuir a otro ser con las características enfrentadas a Dios, un espíritu opuesto. Mientras existía la posibilidad de creencias politeístas no había dificultad de entre la variedad de dioses encontrar al dios bueno y al dios maléfico, los que son muy citados en las religiones antiguas como Seth, en Egipto, Loki, en la mitología nórdica, Shiva, entre los hindúes, Ares y Hades entre los griegos, pero en el momento que Yahvé reclama la fidelidad del pueblo como único Dios, el tema del origen del mal se complica. Surgiendo entonces las figuras denominadas diablos del griego σύμβολον o demonios, cuyo origen no es tan claro y en las culturas antiguas era más entendido como espíritu, pero que, de alguna forma, posibilitaba la compresión del mal como un fenómeno. 

Lilith

Existe un hecho que es importante señalar, desde el neolítico ha estado presente en el culto de los pueblos indoeuropeos a la figura de la diosa-pájaro y de la diosa-serpiente, ambas, como provisoras de agua y de la regeneración de la vida vegetal, pero también relacionadas con la muerte y la destrucción, mencionada como la diosa-pájaro-negro-de-presa y ligada a aves nocturnas como el buitre, el cuervo, la lechuza o el halcón. (Alberro, 2007)

La primera aparición de Lilith como personaje mitológico está en los mitos sumerios y arcados, que, de hecho, es el origen de los mitos a fines del tercer milenio a.e.c.

Érase una vez un árbol, un huluppa, un árbol, —había sido plantado en la orilla del Éufrates, había sido regado por el Éufrates— (al cual) la violencia del Viento del Sur le arrancó sus raíces (y) le separó la copa de su lugar; (para después) transportarlo el Éufrates, lejos, sobre sus olas. La mujer [la diosa Inanna], vagando de un lado a otro, temerosa de la palabra de An, vagando de un lado a otro, temerosa de la palabra de Enlil, cogió el árbol con sus manos (y) lo llevó a Uruk: «¡Lo llevaré al jardín fructífero de la pura Inanna» La mujer cuido del árbol con sus manos, lo hizo estar derecho [sobre su base, Inanna cuidó del árbol con sus manos, lo hizo estar derecho [sobre su base! «¿Cuándo llegará a ser un sagrado trono para que me pueda [sentar?» dijo ella. «¿Cuándo llegará a ser un sagrado lecho para que me pueda [recostar?» dijo ella. El árbol crecía, (pero) su tronco no producía follaje, (porque) en sus raíces la serpiente «que no conoce hechizo» había [puesto su nido; en su copa el pájaro Imdugud había colocado a sus [pequeñuelos; en su interior la ¡joven Lilith había construido su casa. La joven siempre risueña, siempre alegre.

Existe una versión donde Gilgamesh interviene en el asunto previamente citado:

El árbol crecía, (pero) su tronco no producía follaje, (porque) en sus raíces la serpiente «que no conoce hechizo» había puesto su nido; en su copa el pájaro Imdugud había colocado a sus pequeñuelos; en su interior la joven Lilith había construido su casa. [...] Su hermano, el héroe Gilgamesh, la asistió en este asunto.  [...] entre las raíces abatió a la serpiente «que no conoce hechizo»; en su copa el pájaro Imdugud, tomados sus pequeñuelos, hubo de huir al monte, (y) en su interior la virgen Lilith, deshecha su casa, hubo de huir al desierto [...]

En estas versiones se menciona en asociación de la diosa Inanna, la que, al parecer sustituye a Lilith, pero en realidad suman características de varias diosas, Inanna era una diosa sumeria, conocida por los asirios y babilonios como Ishtar era la diosa sumeria de la sexualidad, la pasión, la fertilidad, el amor, las prostitutas y la guerra. En cuanto a la versión asiria Ishtar era una diosa con las características de Inanna, pero más sexualizada. Ya en la epopeya de Gilgamesh ella trata de seducir al rey Gilgamesh y es rechazada por este, argumentando las fallas de ella como amante del buen tiempo. Otra diosa que va sumando características es Ninlil quien es la diosa sumeria del aire, casada con Enlil quien es desterrado al inframundo. Ninlil lo sigue y da a luz a los dioses Nanna, de la luna; Nergal, de guerra y muerte; Ninazu, del inframundo, conjuros de curación y magia; y Enbilulu, de ríos y canales. Estos dioses luego se elevan desde el inframundo a la tierra y al cielo de acuerdo con el motivo del mito de la fertilidad del dios moribundo que revivifica. La diosa babilónica del mismo nombre se deriva de esta deidad sumeria, originalmente introducida por los acadios.

Hasta aquí se podría decir que Lilith posee una serie de rasgos que hace por un lado benéfica y por el otro lado aterrador, entre los cuales podemos mencionar en concreto la sexualidad, la pasión, la fertilidad, el amor, participa en asuntos de curación, magia, diosa de las prostitutas en especial la relación con la prostitución sagrada y, otra parte, el aire, la guerra, la muerte y los ríos, que, recordemos no ofrecen tantos beneficios como el Nilo en Egipto, dichas particularidades la caracterizan como un espíritus numinosos, aunado a lo que veremos en el siguiente párrafo.

Una de las identidades más significativas de Lilith es la de la reina de la noche, cuya imagen se conserva en un relieve de terracota denominado la Terracota de Burney, al parecer de fecha aproximada entre 1792 y 1750 a.e.c. y que representa a una diosa babilónica cuya identidad no está claramente establecida, identificada como Ishtar / Inanna o como Ereshkigal, casada con Nergal ella es la diosa del inframundo en la mitología sumeria-acadia, pero también con los demonios Liltu, el que era un demonio mesopotámico habitante de las zonas desérticas, en la cultura sumeria, se menciona Lili, versión femenina, aunque también señala como consorte de Liltu, Lillith quien es representada como una mujer desnuda con alas, sosteniendo la vara y los anillos de poder, de pie sobre dos leones y flanqueada por búhos. La identidad propia de la diosa Reina de la Noche, permanece aún sin una identidad definida.

Como es bien sabido en los estudios mitológicos existe, con frecuencia, la combinación de las cualidades de los distintos dioses y diosas, lo que hacía, al final, una construcción imprecisa tanto de las identidades divinas como de las características de los espíritus, incluso de su bondad o perversidad, de forma particular en el ámbito de las deidades relacionadas con el agua asó como con el sexo y la fecundidad. En el caso particular de la cultura mesopotámica el agua tenía una percepción complicada dado que, a diferencia de Egipto, las inundaciones provocadas en particular por el Éufrates, eran violentas y destructivas.    

Además, era muy frecuente que los intercambios culturales de los pueblos generaran la configuración de deidades y creencias que se fusionaban, se perfeccionaban o se reinterpretaban, con frecuencia estas adopciones no eran muy positivas, particularmente cuando la estancia en la cultura receptora no era voluntaria como en el caso del pueblo hebreo en Babilonia. 

En el caso que nos ocupa existen varias relaciones entre los mitos de Mesopotamia y los mitos semíticos, como lo concluye Leonardo Farah (2019) al comparar personajes mitológicos con personajes bíblicos y con esto, pudimos tener éxito, porque el libro del Génesis del capítulo 01 al 03 estaría rodeado de elementos mitológicos comunes entre las diversas sociedades del Mundo Antiguo. Adán, la Serpiente y el Jardín del Edén eran productos importados de una superpotencia religiosa y cultural, a la que llamamos: Mesopotamia. No se puede negar que su herencia sirvió como trampolín para años más tarde, los hebreos compilaron sus ideas en lo que llamamos Génesis.

En el Mito de Gilgamesh, en lo referente a la creación del hombre,

los dioses crean a Enkidu, a partir de arcilla, como un guerrero valiente, que hablaba, se dividía y convivía con los animales en los bosques. Destruyó las trampas de los cazadores. Era inocente del hombre y no sabía nada del cultivo de la tierra. Enkidu se alimentaba de hierba en las colinas junto con las gacelas y merodeaba los pozos de agua con los animales del bosque; junto con las manadas de animales de caza, era rehestous con el agua. Los cazadores fueron a Uruk y se quejaron a Gilgamesh, que Enkidu estaba obstaculizando la caza. Y Gilgamesh, colocó a una mujer del Templo de Ishtar “desnuda" llamada: Shamhat[1] para seducirlo y tener relaciones sexuales con él. Y durante seis días y seis noches tuvieron relaciones sexuales. Cuando terminaron, Enkidu intentó volver a su vieja rutina, entre los animales del bosque. Pero los animales comenzaron a huir de él. Moraleja de la historia, Enkidu culpó a la mujer por perder su inocencia…después de satisfecho, sin embargo, regresó a los animales salvajes. Pero ahora, cuando lo vio, las gacelas estaban en el gatillo; las criaturas salvajes huyeron a medida que se acercaban. Enkidu quería seguirlos, pero su cuerpo parecía estar atrapado por una cuerda, sus rodillas flaqueaban mientras intentaba correr, había perdido su velocidad y agilidad. Y todas las criaturas de la selva huyeron; Enkidu había perdido su fuerza, porque ahora tenía conocimiento dentro de él, y los pensamientos del hombre ocupaban su corazón (Jimenez, 2015)

Por otra parte, en el Génesis 1: 26, 28 que es la versión Elohista dice:

Bereshit/Génesis 1:26-27 – Y Elohim dijo: “—Hagamos al género humano a nuestra imagen, parecido a nosotros; y domine en los peces del mar, y en las aves de los Cielos, y en los cuadrúpedos, y en toda la Tierra, y en todo reptante que repta sobre la Tierra.” Y Elohim creó al género humano a su imagen, a imagen de Elohim lo creó; macho y hembra los creó.

A partir de esta versión y, en contradicción con la visión Yahvista, donde el hombre es creado primero y a partir de él Yahvé crea a la mujer:

Entonces el Señor Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre, y este se durmió; y Dios tomó una de sus costillas, y cerró la carne en ese lugar. Y de la costilla que el Señor Dios había tomado del hombre, formó una mujer y la trajo al hombre. Y el hombre dijo: Esta es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne; ella será llamada mujer [varona], porque del hombre fue tomada (Gn 3: 21,23)

Y el pecado original tiene la intervención de tres actores, la serpiente, la mujer y el hombre:

Bereshit 3:4-5 – Y la serpiente dijo a la varona: “—Morir, no moriréis, porque Elohim sabe que el día que vosotros comáis de él, vuestros ojos serán abiertos y seréis conocedores de lo bueno y lo malo, como Elohim.”

Bereshit/Génesis 3:6 – «Y la varona vio que el árbol era bueno para comer, y que él era agradable a los ojos, y el árbol deseado para hacerse sabio; y tomó de su fruto y comió, y dio también a su varón, que estaba con ella, y comió.”

Es interesante observar que la tentación surge a partir de la mujer y es propiciada por una figura sagrada, en el caso de la serpiente, ésta es una figura sagrada en muchas culturas ancestrales, como lo afirma Herbert González (s.f.):

En muchas publicaciones sobre iconografía y sobre historia de las religiones se la cita como una deidad poderosa o como un símbolo importante para el estudio de un determinado periodo.

En este último caso con mucha frecuencia la serpiente es caracterizada con el torso de características femeninas, surge la pregunta de si la serpiente era un espíritu (diosa) con inteligencia humana y capacidad de discernimiento. 

Sin embargo, la construcción de la figura de Lilith se genera en la cultura hebrea, en esta es identificada como la primera esposa de Adán:

Cuando Dios creó a Adán, que estaba solo, dijo: 'No es bueno que el hombre esté solo' (Génesis 2:18). También creó a una mujer, de la tierra, como había creado al mismo Adán, y la llamó Lilith. Adán y Lilith empezaron a pelear inmediatamente. Ella dijo: 'No me acostaré abajo', y él respondió: 'No me acostaré debajo de ti, sino sólo arriba. Porque tú sólo eres apto para estar en la posición inferior, mientras que yo seré el superior'. Lilith respondió: "Somos iguales en la medida en que ambos fuimos creados de la tierra".

Como lo señala Malena Noemí Vallecorsa (2019),

El indicio que indicaría el inicio de la discusión sobre la primera mujer, se encuentra en un fragmento del Génesis Rabbah, el cual data del siglo V-VI, probablemente fue escrito entre los años 300 y 500 de la Era Común. En Génesis Rabbah 18,4, aparece por primera vez Eva como segunda mujer de Adán; la primera no es nombrada, aunque sí es considerada un error.

También hay que decir que Lilith se menciona cuatro veces en el Talmud de Babilonia, escrito en el segundo Siglo a.e.c., aunque en ninguno de estos casos se hace referencia a ella como esposa de Adán.

Como se mencionó Lilith era una figura que surge de la cultura mesopotámica en donde era considerada como

la diosa encargada de guardar las puertas que separaban el plano espiritual del físico y terrenal. Lilith es la transmutadora de la materia, la conductora del alma; y así, como guía del alma del ser humano hacia la sabiduría y la inmortalidad (González López, 2013, p. 107)

Sin embargo, en el relato de Gilgamesh, como fue vista la situación de Lilith era distinta y muy asociada a la figura de la serpiente. En el caso del génesis sería coincidente con este ser guía del alma hacia la sabiduría.   

El pecado de Lilith

Lilith, como ya se señaló es mencionada, no por la Biblia, como la primera mujer de Adán, sin embargo, la separación de éste fue el resultado de una desavenencia marital:

El Talmud, ya entre los Siglos III y VII, nos cuenta que “al querer yacer juntos Lilith se negó a quedar bajo Adán, y que al insistir este ella pronunció el nombre de mágico de Dios, se elevó por los aires y abandonó el Edén” (San José, 2021, p. 24)

En otra versión se puede leer así;

Ella contestó: somos iguales, nos han forjado con la misma tierra, más ni él la escuchaba ni ella le oía. Al comprender Leilit-la-nocturna lo que deparaba la situación, pronunció el Nombre inefable y floreció en todo su esplendor y se hizo una con el espacio del mundo. (Gabbay, 2002)

Consecuencias

En el Zohar, como en otras fuentes, ella es conocida por denominaciones tales como Lilit, la ramera, la mala, la falsa, o la negra. (La combinación antes mencionada de los motivos aparece en el Zohar I, 14b, 54b; II, 96a, 111a; III, 19a, 76b), de hecho, en la cita anterior y en la siguiente es nombrada como la nocturna,

“Si La Nocturna en su deseo encuentra la voluntad de regresar, estará en ella su mejor destino; si no acepta retornar, deberá ser responsable por la muerte de cien de sus hijos todos los días de su vida”. Los tres ángeles dejaron ir a La Nocturna y la siguieron hasta encontrarle en el mar de las bravas aguas. (Gabbay, 2002)

Hay que recordar la asociación con la muerte y con las aves nocturnas que se plantea desde el neolítico. En este sentido se asocia la cita de Isaías 34,14 con Lilith, aunque en realidad no es mencionada por nombre, solo ligada a las lechuzas.

Por otro lado, en el Talmud hebreo narra el encuentro de Lilith con el ángel Samael, que se rebeló contra dios, e incluso se habla de alguna forma de unión entre ellos la que tendríamos que entender como un Hieros gamos dada su condición de seres sagrados en el amplio sentido de la palabra. En los escritos de Leví (1989), la cita como la amante de Dios y de esta unión pecaminosa surgen la sangre y el dolor sobre la tierra.

Lilith se condena a vivir en el Mar Rojo en compañía de Samael.

Conclusiones

La figura de Lilith tiene su origen en Mesopotamia, como una diosa ligada a Inanna, diosa del amor, la belleza, el sexo, pero también de la guerra.

A lo largo de la historia de liga a Babilonia, donde, seguramente es conocida por el pueblo hebreo, y, como todas estas deidades fue combinada con otras deidades del mismo origen, pero habitualmente asociadas con el mal, dado su origen cananeo.

A pesar de ser mencionada como la primera esposa de Adán, dada la versión yahvista del Génesis, esta propuesta no se menciona hasta entrada la Edad Media, donde el tema de las construcciones demoníacas es favorecido.

En la Biblia no es mencionada, sólo existe una referencia en Isaías donde la idea del demonio femenino solo es aludida en una de las formas de las aves nocturnas.

Lilith termina siendo imaginada como una mujer bella, seductora, ligada a la figura de la serpiente del Edén, a la muerte de niños, a la seducción de hombre solos, asociada con tempestades, presentada como una mujer alada, pelirroja, de hermosa cabellera, rodeada de serpientes, búhos y leones. En resumen, como un demonio femenino nocturno.

Cerrando el círculo con el título de este trabajo Lilith fue una diosa sumeria, la primera mujer de Adán y termina siendo un demonio nocturno causante de desgracias.  

Referencias

Alberro, M. (2007). La diosa-pájaro del neolítico y su posible continuación en las diosas de manantiales y ríos de los celtas y otros pueblos indo-europeos. Habis, 7-30.

Farah, L. (2019). Las relaciones míticas entre: Adán y los mitos de la antigua Mesopotamia. Conhecimiento , 147 a 160.

Gabbay, C. (2002). Las vidas de Leilit en traducción del hebreo al castellano. Revista digital de estudios judáicos, s.d.

González López, A. (2013). El Mito de Lilith evolución iconográfica y conceptual. Legado , 105-114.

González, H. (s.d. ). La simbología de la serpiente en las religiones antiguas: en. Seminario de Estudios Iconográficos, 67-82.

Jiménez, R. (2015). El poema de Gilgamesh . s.d. : Cátedra .

Lara Peinado, F. (2002). Federico Leyendas De La Antigua Mesopotamia. Dioses, Héroes Y Seres Fantásticos. Madrid : Temas de hoy .

Lerner, G. (s.d. ). La creación del patriarcado . Wisconsin : Crítica, historia y teoría. .

Levi, P. (1989). Lilith y itros relatos. Barcelona: Ediciones 62.

San José, R. (2021). Lilith como la serpiente del Paraíso. Revista Anual de Historia del Arte, 21-32.

Vallecorsa, N. (2013). El génesis y la discusión sobre la primera mujer. Universidad Católica Pontifica Argentina, Departamento de Letras , s.d. .

[1] Shamhat es el nombre de la mujer enviada a Enkidu y que era prostituta, literalmente significaba «mujer hermosa, de gran apariencia física» y señalaba también una categoría de prostitutas adscritas al culto de la diosa Ishtar.

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