#Sentipensares Genith y los sueños

| Isabel Matilla
Genith se sentía ausente de todo y todos a sus veintidós años. Sabía desde su infancia que era diferente; lo había visto en los ojos de los demás demasiadas veces: burlas en la escuela, distinta consideración en la familia, ausencia de encargo de responsabilidades relevantes en la finca,… todo eso que tardó en entender pero que un día se le hizo claro.
Purichime (Jama)1 no es el mejor lugar para que alguien explique algo tan complejo, tampoco ella preguntaba; “las cosas son porque son y Diosito sabe”, le había dicho su sabia abuela cuando pasó aquello.
Aquello no tiene nombre ni responsable, pero le dolió. Lo había visto muchas veces entre los animales, también lo había oído en sueños colarse entre las paredes de caña. Ella había ido al río a bañarse, como siempre, él apareció de repente en la mata de caña.
De caña mandó su papi hacer la cuna al bebé; pero sobrevivió apenas dos días, después de un parto en casa de una niña de doce años. Ella hizo lo que le dijeron, se arrodilló detrás del cuadrado horno manaba de la cocina de caña y la partera hizo el resto. Sintió dolor interno y alivio cuando algo extraño salió de su cuerpo. Largo fue el tiempo en que la venció el sueño.
Cuando tenía casi diecisiete años, su mami le pidió limpiar bien la casa para la reunión comunitaria; había muchos temas que conversar sobre los trabajos y la Bodega Comunitaria. A ella le gustó cuando en esa reunión se habló de los sueños. Desde hacía varios años, pasaba contando a quien la escuchara, que en un sueño, había dado el pecho a un bebé. Lo dijo, que ella era como la Virgen de la estampa que su mami tenía en el altar. Su papi se apresuró a hacerla callar y a decir que la niña era un poco transtorna.
La locura, en el entramado de la montaña húmeda manabita, se le asigna al diferente y abarca lo físico, lo psíquico y hasta lo sensorial. No hay tiempo en la cotidianeidad delsobrevivir para gestionar el trauma de lo insólito o del delito. Sujeto a vulnerabilidad se nace en las zonas de sacrificio del pueblo montubio, y los sueños, sueños son.
Persiguiendo sus sueños desapareció de casa un día. Los animales ese día no comieron a tiempo ni nadie se levantó a las cinco de la mañana para hacer los bolones (2) . Volvió dos días después. Contó que se fue a El Matal, se bañó en el mar y conversó con Ambrosio, un pescador de la vecina playa de Tasaste (3). Dice que se dejó llevar hasta el Arco del Amor y allí le habló a él de su sueño.
Nadie le explicó cómo ser madre, ella aprendió viendo y cuidando. A veces, cambia el relato y dice que esperó en la playa a que apareciera un hombre, cualquier hombre, que se le borró la imagen. Dando el pecho siente que los sueños se cumplen.
1 Purichime es una Comunidad rural (Recinto) de la Parroquia de Jama, provincia de Manabí (Ecuador); enclave indígena destacado de una de las grandes culturas de América Latina, la Jama-Coaque (305 a.C.-1532 d.C). En la actualidad, se conservan numerosos vestigios arqueológicos.
2 El bolón de plátano verde machacado es una comida manabita que se mezcla con queso o chicharrón (carne-grasa de cerdo); es el desayuno tradicional del campesinado manabita.
3 El puerto pesquero de El Matal (Jama) es uno de los principales lugares de exportación de pescado y camarón de Manabí. Su playa de aguas muy claras es un atractivo turístico. La playa de Tasaste (Jama) cuenta con una formación rocosa denominada Arco del Amo