#cuaresma2024 Hombre de silencio

Hombre de silencio
Hombre de silencio

José, fuiste elegido como padre terrenal
del Hijo de Dios altísimo.
Se te comunicó tal designio,
y después de meditarlo, aceptaste.

Aunque tus palabras no son comentadas,
tus acciones implican
tal valentía y amor que te enaltecen.

Cuestionaste la situación
como ser humano,
pero cuando el ángel Gabriel
te dijo que era designio del Señor, creíste.

Y ahí me enseñas que la fe
va en contracorriente muchas veces,
pero que a nosotros nos toca confiar en
los designios de la Madre/Padre del cielo.

Fuiste al encuentro de María, a la que amabas
y le mostraste tu confianza.

Me enseñas a hacerlo con los que son inocentes
y nadie les cree.
Te imagino cobijando a María en tu abrazo,
para que se sintiera segura,
ante todo lo que se pudiera decir de ella.
Gracias José por tu amor valiente.

Viste crecer a Jesús en el vientre materno,
así como creció tu capacidad de ternura y protección
por la Madre y el Hijo.

Gracias por enseñarme que se puede creer
en lo que aún no se ve,
pero se necesita amar.

José fuiste audaz y atrevido,
cuando tuvieron que huir a Egipto.
Pues la vidas que se te habían encomendado,
necesitaban salvaguardarse.

José me enseñas a moverme confiando
en los designios divinos,
sabiendo que la protección de Madre/Padre celestial
me sostiene.

José cuantas veces llamaste la atención de Jesús,
para que aprendiera con disciplina justa
lo que es necesario hacer para servir
a la Madre/Padre del cielo.

Gracias porque cuando Jesús, hijo del Altísimo
estuvo en el Getsemaní, no solo aceptó el cáliz que venía,
sino que en obediencia lo vivió,
y eso querido José implicó mucho del trabajo
que le enseñaste desde que nació hasta tu muerte.

José, hombre justo,
así te nombran en las Escrituras,
pienso cuántas veces
Jesús adulto entendió cabalmente
el significado y emulándote
siguió tu ejemplo.

Gracias por seguir dando tus enseñanzas,
gracias por guiar mi camino.
Gracias por tu intersección ante el Redentor.
Gracias Señor San José por enseñarme
que el silencio puede ser fecundo y amoroso.

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