Hoy sé que no soy la misma

Han pasado tantos meses y me alegra saber que he avanzado de tu mano papito Dios. Pero te pido también la fortaleza necesaria para seguir adelante y culminar este proceso, que reconozco como una bendición. Pues, solo cuando la vida nos detiene, aun a la fuerza, como fue mi caso, comprendemos muchas otras cosas y es allí donde radica mi alegría. Hoy sé que no soy la misma, que este dolor me ha hecho más fuerte.

Antes, cualquier cosa me derrumbaba, pero la naturaleza me enseñó que hay cosas más difíciles y en esos días eternos de recuperación solitaria, he encontrado mi fuerza interior, he potenciado mis habilidades, me he dado la oportunidad de ser y hacer muchas cosas que me llenan de orgullo y alegría.

Lo más importante ahora es ser fuerte y muy valiente, para superar cualquier dificultad que se me presente en la vida. Estoy segura de que todo es posible si tenemos fe en Dos y no nos alejamos de Él, pues de lo contrario, todo es más complejo y por eso te doy gracias mi Dios, por quedarte junto a mí y sostenerme en mí caminar, lento, pero seguro.