#sentipensares2025 INCOMUNICADA, TEMPLADA EN LA PACIENCIA
| MArtha Eugenia, Mujer Mariposa
Desde hace unas tres décadas cuando se me llegaban a descomponer la compu o la lavadora o a los lentes les pasaba algo, decía: Qué venga el doctor inmediatamente... y si se podía, en el mismo día quedaban reparados.
Ahora desde la tercera semana de septiembre, hasta el día de hoy, ocho semanas después aproximadamente, me han sucedido varas acciones como en cascada, siendo algunas al mismo tiempo:
- Mi lap con la que tenía ya unos diez años, de un momento a otro se descompuso con muchísima información que no se podía rescatar.
- El mismo día que sucedió lo anterior, por la noche ya tenía otra lap nueva, pues al tener tres diplomados y varios talleres en curso, no me podía permitir dejar de trabajar. No obstante estaba preocupada porque mucho de mi trabajo, no había sido resguardado.
- Entonces me vi, con otra lap reluciente de nueva en las manos, pero sin las herramientas necesarias para trabajar adecuadamente y con mucha de mi información perdida, por lo que para continuar en la medida de lo posible con mis compromisos como estudiante pues tuve que empezar a juntar poco a poco la información necesaria. Haciendo una analogía, fue como si se me hubiera desfondado un costal con semillas de mostaza y las tuviera que ir juntando una por una para volverlas a poner en otro saco nuevo, mientras las tareas escolares se iban acumulando. En tanto mi técnico en computación diciéndome que hasta finales de diciembre podría adecuarme la nueva lap, pues hasta entonces regresaría. Cambiar de celular o lap para mí es adentrarme en un mundo desconocido donde las herramientas ponen a prueba mi paciencia, conocimiento retándome continuamente de forma tecnológica.
- Comenzó el mes de octubre y empecé a dar pasitos con la nueva lap, y de repente que se descompone cuando apenas tenía casi un mes utilizándola. Yo seguía con un sin fin de trabajo atrasado, por una sencilla razón, había perdido lo avanzado en la máquina vieja, apenas estaba recuperando lo necesario para no claudicar ante las presiones escolares y al mismo tiempo me esforzaba por mantenerme presente en mis estudios. Sencillamente era insólito. La llevé a componer y me dijeron que para finales de noviembre estaría lista. Pero mucho de mi trabajo en esa nueva máquina aunque alguno estaba en la nube, otro "recién sacado del horno" que en esos momentos iba a guardar, pues al apagarse la nueva máquina de repente, se perdió.
- Mientras ya corría la última semana de octubre y con el celular me las arreglaba. Esto analógicamente era como sostenerme en un pie para conservar el equilibrio, sabiendo que en cualquier momento me cansaría y podría caerme. Mientras me había comunicado con mis coordinadores de estudios, les había expuesto la situación y les comunicaba que los trabajos, tareas de final de semestre no podría entregarlos en tiempo y forma, pidiendo su comprensión. De unos recibí su tolerancia y palabras de aliento, de otros, silencio. En cambio lo único que podía hacer era avanzar a paso de tortuga y recatando información de manera muy cansada y lenta, sin laps.
- Entonces pasó algo más, me jaquearon dos de mis correos y eso trajo mucho más trabajo para recordar, avisar y migrar a mis contactos a otro correo. Mientras seguía sin laps, sin información para trabajar y con una frustración enorme.
- Pero no todo era tan desastroso, mi técnico había "resucitado a mi máquina vieja" y cuando la trajo me dijo: así como puede haber prendido ahorita, se te puede apagar en cualquier momento. Así que rescata la información que puedas. Y eso fue genial.
- Entonces con la vieja y remendada lap colapsaron mis redes sociales, el WA y el Facebook, porque la compostura de "mírame y no me toques" interfería.
- Pero la vida sigue y demandando, así que me fui a vacunar el 30 de octubre para la Influenza, empecé a trabajar en mi máquina vieja con la presión de que en cualquier momento se podía apagar irremediablemente y apenas unos días después de que me vacuné tuve una reacción tan fuerte que me tiró por casi dos semanas, aun estoy padeciendo las últimas secuelas.
- No obstante, eso no fue suficiente, el lunes 10 de noviembre, después de un fin de semana muy mala ocularmente, el oftalmólogo me diagnosticó con conjuntivitis alérgica combinado con ojo seco en grado superlativo y una blefaritis reactiva. Así de sencillo, casi no podía ver por las muchas molestias.
- Ahora tengo aún la máquina vieja sirviendo por quien sabe cuánto tiempo y sintiendo como si tuviera la espada de Damocles sobre mí, aunque quisiera avanzar pues mis ojos no aguantan más de dos horas ante ella. Mientras le sigo cuestionando a la que con amor eterno me ha creado: Qué quieres de mí, qué me estás enseñando.
Me dijo una persona: "El universo te quiere decir algo". A lo que le respondí: Por supuesto, es necesario que descanse. Y eso no me lo dice el universo, me lo dice la Señora/Señor del cielo que me ama tanto.
Martha Eugenia,
Mujer Mariposa.