Juan 13, 1-20. "¿Comprenden lo que acabo de hacer?" Independientemente, de disertaciones teológicas sobre el sentido de este gesto y, poniendo de lado la interpretación que por siglos, la iglesia y sus doctores ha predicado sobre el misterio eucarístico, con términos bastante complejos para el común de los mortales, yo me quedo con la imagen femenina y maternal de Jesús: Se quita el manto. Hoy diríamos, la estola, símbolo de poder y autoridad sacra. Se ata la toalla. Hoy sería, el delantal, símbolo de servicio amoroso. El delantal, que me remite a las abuelas y madres en su trajinar diario en su reino de las cocinas.

Este jueves Santo, contemplo junto al Maestro Jesús, al grupo de seguidoras revestidas con su delantal, sirviendo de la olla comunitaria, tazones de mote de pescado, cuencos de ensalada verde y pan recién horneado, para los y las comensales de esta cena de despedida. Ellas, si entendieron lo que el Maestro acaba de hacer. Entendieron el requisito esencial del seguimiento: Chantarse el delantal, abajarse para lavar los pies a los demás y compartir con alegría y generosidad, la comidita comunitaria de la misma olla y del mismo plato como sacramento de comunión. Ellas interpretaron el verdadero sentido de la Eucaristía, no tanto como celebración de culto, cuánto como encuentro de personas eucarísticas en constante acción de gracias.