#retopascual2024 ¡TÚ QUE ERES MAMÁ, SIGUE PERSEVERANDO, SIGUE

¡TÚ QUE ERES MAMÁ, SIGUE PERSEVERANDO, SIGUE
¡TÚ QUE ERES MAMÁ, SIGUE PERSEVERANDO, SIGUE

Dios mío, tú me conoces muy bien; ¡sabes todo acerca de mí!Sal 139,1

PHOTO-2024-05-10-02-33-12 2

Dios mío, tú me conoces muy bien; ¡sabes todo acerca de mí!
Sal 139,1

Espigadita llegó hace unos diecisiete o dieciocho años a casa. En ese entonces medía menos de diez centímetros y venía en la mitad de una lata de refresco.

Un poco antes, surgió en mí el anhelo de tener flores y en una esquina de esta jardinera donde está, sembré un rosal que murió. Me sentí decepcionada, pero en mi corazón seguía ese deseo.

Por ese entonces, con tantas obligaciones encima, como profesionista, mamá y servidora en mi comunidad parroquial, pues no hice a un lado ese deseo, pero ante el poco espacio que tenía para sembrar alguna planta me interesé en los cactus. Por varios motivos, eran pequeños y necesitaban pocos cuidados. Eso creía, mi desconocimiento de ellos me llevó a pensar que sería mucho más fácil para cuidarlos, el paso del tiempo me ha mostrado cuánto me han enseñado y que alejada estaba de su cuidado.

PHOTO-2024-05-10-02-33-12 3

Provengo de una abuela materna y una hermosa mam, a quienes las plantas formaron parte de su vida, desde que yo recuerdo. Por lo que crecí entre plantas y flores. Ellas cuando regresaron a la casa de la Madre/Padre celestial, dejaron sus plantas como signo de su amor por la naturaleza a los que las amamos.

En 1990 tuve un encuentro con el Señor Amor, con Cristo Jesús, y ahí empezó realmente mi vida. Conociendo paulatinamente de su Palabra, me atreví a decirle que yo quería flores vivas, ese deseo lo expresé varias veces. Para ese entonces como Guía Montessori ejerciendo mi profesión, les empecé a inculcar a mis alumnos que estaban entre uno y doce años, el amor y cuidado por las plantas. Teníamos cactus entre otras. Los niños con esa forma abierta, directa y genuina que poseen, los cuidaban con amor y esmero. Una de esas plantas fue Espigadita.

En tanto para adornar mi casa, iba trayendo más cactus de diversas formas. Por diversos motivos llegó el momento en que Espigadita llegó a casa, venía en una maceta y medía en ese entonces unos setenta centímetros. En mi ignorancia nunca pensé que los cactus crecieran tanto. Para ese entonces ya tenía varios especímenes crecidos y muchos pequeñitos.

Papá y mamá habían sembrado a lo largo de la jardinera que hay en el patio familiar, de ocho metros por cuarenta centímetros aproximadamente tantas buganvilias y enredaderas que era un deleite visual constante, pues los dos cuidaban de ellas amorosamente. Pero hubo necesidad de aplanar y pintar la barda y contra barda que mide unos siete metros de altura y como consecuencia se quitaron las plantas. Se veía desolado, así que decidí trasplantar de mis cactus que todos llegaron sin pasar de una cuarta, y que en ese entonces ya estaban creciendo mucho. Entre ellos iba Espigadita. Eso fue en el 2015.

PHOTO-2024-05-10-02-33-12

Mientras mi anhelo de flores vivas proseguía, y cuál no sería una grata sorpresa, que varios cactus en casa, empezaron a florecer. Pero de una manera peculiar, puras floraciones minúsculas, adecuadas a mi espacio. Puedo decir que tengo unos nueve años que comúnmente hay varias de mis bellezas floreciendo constante y al mismo tiempo. Para ese entonces conociendo y viviendo más de la presencia del Señor Jesús en mi vida, estaba cierta, que Él escuchando mis anhelos me daba respuesta con tantas bellezas florales, y yo le agradezco tal regalo. Pues alguna vez en catequesis, escuché: El Señor sabe de los anhelos más profundo de tu corazón, y yo vivía eso de manera contundente.

Las plantas que puse en la jardinera, empezaron a crecer y crecer y crecer. Algunas hasta llegar a medir siete metros, pero la belleza de Espigadita se magnificó cuando en el 2022 con unos quince años de vida aproximados, floreció.
Lo hace siempre de noche y por sólo unas horas, pues con la luz del nuevo día se cierran de nuevo sus flores.

Este año llegó a medir siete metros de altura, y la semana pasada apenas, se vencieron dos de sus tallos. Se tuvieron que cortar dos secciones de un poco menos de dos metros. Lo desalentador fue que éstas tenían unos treinta botones que eran promesas floreales para los próximos días. Cuando veía caer esas secciones estaba muy triste, cuidarla durante tantos años ha sido un esfuerzo titánico. Pero ver esos tallos en el suelo cuajados de botones, fue desalentador. La persona que me ayuda y yo con sumo cuidado los resembramos. Cuál no sería una magnífica sorpresa, que este día de las madres que da comienzo, se abrieron unos treinta capullos, entre ellos algunos de y en las secciones caídas. Notando que éstas últimas no tienen raíces, pues apenas tienen cuatro días que cayeron y se resembraron.

Mi hermana y yo que hemos disfrutado de tal belleza, en este día que inicia, alabamos al Señor por este regalo especial en este día de las madres.

Quise compartir contigo que eres mamá, seas biológica o espiritualmente, para motivarte a que sigamos perseverando en la oración por nuestros hijos, pidiendo se cumplan nuestros anhelos para su bien. Cada una tenemos algo que pedir para cada uno de ellos, algo que sabemos necesitan, y que sólo confiando en el Señor y siguiéndolo, es como podrán conseguirlo para su beneficio.

Así que en este día de las madres, te invito a que en donde estés nos unamos en oración por nuestros hijos y confiemos en que el Señor nos escucha y en su momento cumplirá los anhelos más profundos de nuestro corazón para el bien de nuestros hijos, manifestando Su gloria.

Martha Eugenia,
Mujer Mariposa.

Volver arriba