María hoy XXI siglos después, sigues siendo alguien por conocer más de manera vital. Soy una mujer como tú que tenemos similitudes, retos por resolver pero ante todo un factor común, vivir en un ambiente patriarcal.

Te visualizo con base a lo que se conoce de ti, y te pregunto: ¿Sentiste emoción al saber de Jesús, quién te hablo de Él. Cuando lo viste por primera vez te cuestionaste acerca de su procedencia, Qué te hizo creer en Él, qué le preguntaste para poder confiar en lo que escuchaste te decía. De qué manera te miro, te sentiste acogida y respetada, cómo se dirigió a ti para qué llamara tu atención o solamente te miró? Dime.

            Magdalena te cuento un poco acerca de mí. Tenía toda mi vida, 32 años que había oído hablar acerca de Él, pero no lo conocía. Se presentó en ese entonces de forma inesperada, en esas veces en que la vida te sumerge en un torbellino del cual parece no hay salida. Recuerdo que mi mamá me dijo: —Van a dar unas pláticas de Él, vamos? Ya sabes cómo son las mamás, por lo que no le pude decir directamente que no, Entonces saqué mi mejor y real argumento: Tengo mucho trabajo y no puedo dejar sola a mi amor pequeño—. Hasta ahora 35 años más tarde no tengo una respuesta clara de cómo asistí. pero lo que tengo bien cierto es que mi vida se transformó para bien a partir de ese mayo de 1990.

            Magdalena conozco un poco de las costumbres de tu tiempo. Sé que tu ciudad era una muy importante para el comercio, y aunque hay diversas opiniones tal vez estuvo a la orilla del lago Tiberíades. En las últimas décadas fue un hallazgo muy notorio descubrir vestigios de tu ciudad, y sabes que influyó mucho, pues el hecho de que tú eras de ahí, ya que hoy en día creyentes o no de Cristo, muchos han oído hablar de ti. Pero si te puedo decir que a partir de que desde Santo Tomás de Aquino uno importante del cristianismo nacido en el siglo XIII en que se refirió a ti como apóstola de apóstoles, pues muchos se han interesado por ti, de tal forma que ahora celebramos tu fiesta el 22 de julio.

            Cuéntame qué tan difícil era ser MUJER en tu época, te digo, el patriarcalismo ha evolucionado de acuerdo a la cultura actual, pues así lo demanda el entorno pero lo que sigue haciendo es negar de forma contundente los objetivos vitales de crecimiento y  reconocimiento para las MUJERES, en los campos de igualdad, respeto y tener las mismas oportunidades como los seres inteligentes, creativos y capaces que somos. He estudiado lo que dicen de ti, y creo que muchos son injustos o hasta envidiosos de tu ser. Ser una MUJER emprendedora, creo que habla de tu carácter decidido, pues al ubicarte al pie de la cruz y al amanecer en la tumba del resucitado, requirió no sólo de valentía sino también de tu necesidad de conocer y resolver tus cuestionamientos, superando y gestionando tus emociones para que no te sobrepasaran y te hicieran perder pie, pero si permitiéndose ser sensible a lo que sucedía en esos momentos y gracias a ello, fue que pudiste reaccionar de forma favorable a las circunstancias. María de Magdala lo que hiciste aunque no tengo y tal vez nunca conoceré en detalle, te ubica a mis ojos como una MUJER leal, audaz, valiente, decidida y amorosa. Con qué tanta profundidad te vio el Maestro, que te sentiste amada y capaz de cambiar tu forma de actuar, qué tanto ahondaron sus palabras que te dieron la fuerza para decidirte a seguirlo, aún a pesar tuyo; de cuántas maneras te sonrió que sentiste su ternura capaz de regenerarte y sentirte contenta por lo que se creaba en ti, cómo fue escuchar tu nombre en sus sabios que te trasmitió el amor eterno de la Madre/Padre celestial.  

            Ay María de Magdala, eres una mujer digna de seguir. Tómame de la mano y enséñame a superarme para con la firmeza que lo hiciste tú, seguir y testimoniar al Maestro desde mis circunstancias y así motivar a otras también; mientras Él nos mira amoroso.

Martha Eugenia,

Mujer Mariposa.