En tu corazón no existe el luto,
tus ojos se derraman en ríos de amor,
esta tu alma esperando el milagro,
la certeza te recorre la piel y la mente,
caminas incansable
solo provista de gratitud y visión del infinito;
el Maestro con su voz
resuena en tu ser espiritual,
evoca tu mejor esperanza tu mejor versión,
su voz es la piedra viva
que te incendia la paz y la osadía;
maculada, prisionera, perseguida como yo;
Maria Magdalena llena estás de gracias,
no tienes miedo.
Despiertas antes que todo el mundo
para presenciar la vitalidad
del Dios vivo;
atenta y expectante,
siempre alerta pero en calma,
tu corazón sabe mujer de fuego,
que estas envuelta
del mejor valor,
del mejor amor,
de la más grande inteligencia y el
mejor espíritu;
porque has sido transformada en luz,
en el pleno ejercicio
de tu libertad...