Para ti María en un 8 de marzo:

Hoy día, en que conmemoramos la muerte de muchas mujeres, por defender sus derechos, es que hoy vengo a luchar por nuestros derechos escribiendo respecto de una de nosotras a la cual le falta mucho trecho que caminar, pero que lo hace con dificultad, sin tener las condiciones muchas veces adecuadas para asumir la intemperie que cualquiera de nosotras, tal vez no ha conocido lo suficiente, habiendo aprehendido tanto lo que el cielo como las estrellas le quieren decir.

María se nos presenta sacando tímidamente su mano izquierda ante la que se sujeta de un tablón, y donde 2 tablones conforman su mirada al mundo, como una ventana, con ojos grandes que miran y por supuesto también ven. Hoy quiero dedicarle estas letras a ella, quiero dedicárselas con mucho cariño tanto como es la distancia que me separa de mi ciudad a la Amazonía qué es de dónde ella proviene. Me pregunto que hace su madre cuando María está enferma, cuán cerca está el colegio al que María irá cada día, cuanto caminará para acceder a él, y si le falta ropa de abrigo y el pan nuestro de cada día.

María si bien no puede respondernos todo esto ahora, lo hará en algún minuto de su existencia, ojalá que sea cuando ella no esté luchando por las garantías y derechos individuales de las mujeres de su generación, porque ya le han sido brindados aun cuando ella provenga de la amazonía. Espero en María un título universitario, y espero que sea ella quien me enseñe su lengua nativa, educada por sus ancestras igual que cada una de sus costumbres de vida, como el qué hacer cotidiano de los tejidos de colores fuertes que se van dando como propios de su cultura y de lo que a ella le gustará tejer en un telar.

Hoy María te destaco de entre muchas otras pequeñas de tu edad, y junto con ello le pido al Dios de tu vida y de mi vida que la justicia social impere para cada mujer de esta Tierra, para que sea el lugar que sea donde habitemos, y sea cual sea el rol que nos toque desempeñar, tú y yo podamos tener accesos de calidad a lo mínimo indispensable: vivienda, educación, salud, y el amor que haga crecer mucho más tu corazón en las tardes de sol libre y cálido, como de invierno, frente a la chimenea dónde jugarán tus pequeños. Porque hoy tú podrías ser mi nieta, y ello me lleva a gritar con más fuerza por tus derechos.

Nota, Fotografía proporcionada por María Esperanza Córdoba Sosa.