#pascuafeminista2025 Mujeres hechas de retazos

Mujeres hechas de retazos
Mujeres hechas de retazos

Cada una de nosotras nacemos en una sola pieza.

Pero cuando vamos creciendo y vamos transitando por una vida llena de espinas, de púas, que nos van cortando en pedazos, unos más finos que los otros, unos más difíciles de sanar que otros, muchas de nosotras no se pueden reconstruir, no les dan la oportunidad y acaban con sus vidas sin permitirles un último suspiro, un último deseo.

Otras somos sentenciadas a morir en vida, caminamos por la vida como almas en penas, sin brillo en la mirada, sin sonrisa en el rostro, sin emociones, disociadas de la realidad, aguantando, deseando que llegue el día en que no existamos más, no porque no queramos vivir, sino porque el peso del sufrimiento, del dolor es muy grande y nos sobrepasa, nos agobia y nos ahoga.

Pero en el vaivén de la vida nos vamos cruzando con otras mujeres reflejos de nuestra propia existencia y nos damos cuenta que no estamos solas, que somos muchas, así como también son muchas las asesinadas. Que no son casos aislados, que son gritos silenciosos. Ahí lamentamos con un profundo dolor no haberlas conocido antes, no haberles dado parte de nosotras para que pudiera reconstruirse en retazos.

Sí, retazos, en eso nos convertimos cuando nos unimos, cuando unimos nuestras voces, cuando hacemos propias nuestras luchas, cuando compartimos el dolor, pero también la alegría de la vida, una vida sin violencia, con justicia, una vida digna. Con sororidad, empatía, con amor las unas con las otras. Ese amor que sana cualquier herida. Ese amor que nos fue encomendado “ámense los unos con los otros como yo los he amado” Juan (13:34).

Somos hechas de retazos, somos hechas de partes de otras mujeres, no hay riqueza más grande que esa, no hay sanación más profunda, que esa.

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