Octavo ciclo de tratamiento de Quimioterapia Hospital Clínic de Barcelona

22/08/2025

Cuando el insomnio se presenta como un monstruo que devora las noches,

y los ojos cansados se sienten como persianas cerradas,

una se descubre deshilachada, sin energía, postrada en un sillón.

Es entonces cuando el corazón murmura:

abraza tu cuerpo, háblale con ternura, dile que no estás sola.

Me recuerdo a mí misma las palabras de Santa Teresa de Ávila: “ Nada te turbe, nada te espante;

quien a Dios tiene nada le falta;

Dios no se muda, todo se pasa;

la paciencia todo lo alcanza.

Quién a Dios tiene,nada le falta.

En estos días en que la quimioterapia deja su huella

y sé que el cansancio me acompañará,

me aferro a las palabras de Simone Weil:

“El sufrimiento, por más agudo que sea,

no destruye la plenitud del alma que se abre al amor;

por el contrario, puede ser la puerta por la que entre Dios.”

Pienso en Nelson Mandela,

quien pasó 27 años en prisión,

y encontró fuerzas en el poema Invictus.

Inspirada en ese poema, lo reflexiono en clave feminista:

*En la noche que me envuelve,

profunda como un abismo,

agradezco a la vida y al misterio

por mi alma inconquistable.

Ante las pruebas y la dureza de los días,

no he cedido, ni he callado.

Bajo los golpes del destino,

mi cabeza y mi corazón se mantienen erguidos.

Más allá del miedo y la desesperanza,

la sombra acecha, pero no me doblega.

Los años me desafían,

y aun así avanzo sin temor.

No importa cuán estrecho sea el camino,

ni cuántas cargas lleve sobre mis hombros,

soy la dueña de mi destino,

soy la capitana de mi alma.

Entre fragilidad y fuerza, con gratitud dejo que el amor de la Ruah ( aliento Divino ) y de quienes me acompañan con sus oraciones y pensamientos positivos me sigan sosteniendo

Todo pasará,

y en mi corazón quedará la memoria del cuidado y la esperanza.

Ame