#retopascual2024 "LA PERSEVERANCIA OCUPÓ SU LUGAR, GUIADA POR LA DISCIPLINA"

"LA PERSEVERANCIA OCUPÓ SU LUGAR, GUIADA POR LA DISCIPLINA"
"LA PERSEVERANCIA OCUPÓ SU LUGAR, GUIADA POR LA DISCIPLINA"

GORDOTÓN, RETO SUPERADO.
"LA PERSEVERANCIA OCUPÓ SU LUGAR, GUIADA POR LA DISCIPLINA"

Hace un poco más de tres décadas, un día como hoy Viernes Santo, suplicaba en cama, atormentada por el dolor, por la misericordia de la Madre/Padre a mi favor, para que pudiera volver a caminar.

Y haciendo oración con los salmos encontré el número 6, 3-4 que dice: Angustiada está mi alma; ¿hasta cuándo, Señor, hasta cuándo? Vuélvete, Señor, y sálvame la vida; por tu gran amor, ¡ponme a salvo!

Diez días antes, había vivido un evento que impidió que pudiera caminar. El dolor era tan atroz que cuando me preguntaban que sentía, decía: Haz sentido alguna vez una quemadura con la plancha. Pues si la has experimentado, ahora dime ¿cuántas de ellas te cabrían de la cintura hasta los dedos de los pies? Fue tan doloroso ese evento que para poder caminar nuevamente bien, tarde dos años. Y aún ahora 32 años después vivo aún con secuelas que por horas, el caminar implica un esfuerzo muy grande. Especialmente porque el sol, aumenta el dolor.

Cuando acepté en enero pasado, este reto de hacer ejercicio llamado GORDOTÓN, por tres meses consecutivos, con un límite inferior de 65 veces, y uno superior de 91, pensé que me ayudaría a reforzarme en la templanza del ejercicio. Pero no sólo fue así, pues el reto mayor fue superar a mi mejor contrincante, A MÍ MISMA diariamente. Ya que tampoco, consideré a otro adversario implacable que me acompañaría, el calor, pues por espacio de casi dos terceras partes de las 69 veces que lo realicé, ocupó su lugar interponiéndose en mi objetivo.

Hubo momentos en que quise desistir, pues el dolor aunado al cansancio fue arduo. Pero en mi interior sabía que si me esforzaba, templaría mi carácter y me superaría a MÍ MISMA, una vez más.

Después de las veces en que terminaba muy cansada, durante estos tres meses, resonaban en mí, frases alentadoras que me hacían sentir satisfecha, aparte claro de las hormonas de la endorfina y la serotonina que generan el hacer ejercicio y que ocasionan felicidad.

Pero hoy al escribir estas líneas, recordé aquel Viernes Santo, en que la Madre/Padre celestial, tuvo compasión de mí y respondiendo a mi oración, me ayudó a superar el dolor y a vencer a mi mejor oponente, A MÍ MISMA. Pues recuperándome, di paso a paso, hasta lograrlo dos años después aceptablemente. Pero también, sumo, otro evento traumático que viví hace casi seis años, en el cual la posibilidad de no volver a caminar, fue superada, con la ayuda nuevamente del amor misericordioso de la Madre/Padre celestial. Así que cuando termino de ejercitarme, adolorida, cansada, pero contenta por haber podido hacerlo, me digo, PUEDES CAMINAR, ERES UNA TRIUNFADORA, HAS TRIUNFADO SOBRE TÍ MISMA, para GLORIA DE DIOS, con todas las repercusiones favorables para tu SALUD FÍSICA, MENTAL Y EMOCIONAL.

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