Si la definición de diakonia es el servicio a los empobrecidos...¿Qué hemos hecho las mujeres durante siglos de historia, si no servir?
Me pregunto: ¿Vale la pena tanto debate, frente a si la mujer es digna de "colarse" en la institución clerical? Durante años y años, las MUJERES en su servicio de catequistas, de animadoras, de misioneras, de voluntarias, de religiosas en la vida consagrada, de mamás, de cuidadoras, de enfermeras, de educadoras, de parteras, de abuelas sabias, y, roles y roles más de mujeres anónimas, hemos acompañado comunidades, animado la fe de la gente sencilla, visitado y sanado en la enfermedad, concienciado las mentes y corazones, celebrado liturgias funerales, estando presentes en los momentos de alegría y de dolor y, hasta nos hemos atrevido no sólo a predicar sino también, administrar sacramentos y bendecir agua, para consolar el miedo de los empobrecidos y, sobre todo las empobrecidas. Vuelvo a preguntar: ¿Este arco iris solidario, no es Diakonia?
¿Para que querríamos las mujeres que nos den un fragmento del sacramento del "orden", si la MUJER ya es Sacramento? ¿Qué puesto ocuparía en el "altar"? ¿Aumentar a la limpieza de los cacharros domésticos, la de los "vasos sagrados"? ¿A más de los cerros de ropa que tenemos que lavar en nuestras casas, lavar corporales y arreos eclesiásticos? ¿Leer la Palabra, revestidas con alba y estola atravesada, para no confundir que estamos en el escalón de abajo de la pirámide jerárquica y, bajo la delegación del "varón sagrado"? Interrogantes que surgen. ¿No sería más sano luchar sororalmente, para que en vez de que nos clericalicen, ayudemos a desclericalizar el clero, para que podamos ser en todo su esplendor, unas Iglesias pobres, itinerantes y anunciadoras de Buenas Noticias? PREGUNTICAS irreverentes.