Que Dios, en su inmensa misericordia, nos abrace y sostenga amorosamente.
Que Jesús, en su hermandad sin límites, nos acompañe cada día en el compromiso por la vida.
Que la Ruah, con su soplo divino, nos aliente con porfía y sabiduría por la dignidad de cada ser sintiente.
Seguimos esperanzando amorosamente.
Seguimos esperanzando hermanadamente.
Seguimos esperanzando porfiadamente.
Seguimos esperanzando sabiamente.
¡Seguimos!
* Escrito publicado previamente en IG de Red CLAI en adviento.