Pueblos abiertos a la La Buena Noticia

Marcos, 10, 17-30. Cuando Jesús salía al camino, una mujer corrió a su encuentro y le preguntó:

Maestro, ¿Qué tengo que hacer, para vivir feliz aquí y ahora? Jesús fijó su mirada en ella, le tomó cariño y le dijo: Sólo te falta una cosa: Olvida todas normas esclavizantes con las que te han sometido; abandona todos los estereotipos con que te han etiquetado; libérate de todas las cargas que han puesto sobre tí; y, en plena libertad, ven y sígueme.

Hoy, décadas después de ese encuentro liberador, esta mujer sonríe con el corazón rebosante de esperanza, alegría y gratitud porque las palabras del Maestro de Nazaret: "Aun con persecuciones, recibirás cien veces más en casas, hijos y campos... se hace presente en su vivir cotidiano entre los pueblos abiertos a la La Buena Noticia de un mundo sin males.