#retopascual2024 RESUCITAR JUNTO A LAS MUJERES DE LA AURORA

RESUCITAR JUNTO A LAS MUJERES DE LA AURORA
RESUCITAR JUNTO A LAS MUJERES DE LA AURORA

Jesús en  la Cruz abraza nuestras heridas, sufrimientos, preocupaciones, miedos, tristezas y angustias. Así como, nos invita a “estar con él”, a acoger su entrega y comprender con el corazón que en la Cruz, renace la vida.

Dirigir nuestra mirada al Misterio Pascual, alivia nuestras heridas, sufrimientos y ansiedades. Jesús con su resurrección nos cobija con la esperanza y nos invita a seguir reparando, curando, tantas historias de vida que necesitan de un abrazo, de una escucha atenta para poder liberar y comprender sus angustias.

Junto a Jesús y con las mujeres que “Ven, escuchan y anuncian”, como Maria Magdalena, primera testiga del resucitado,  seguimos acogiendo el dolor de las víctimas de abuso de poder, de conciencia y de abuso sexual, que siguen “Silenciadas” por vergüenza y miedo a ser estigmatizadas o estereotipadas, principalmente Niños, Niñas, adolescentes,  mujeres y adultos vulnerables.

Acompañar a las víctimas es acoger a Jesús resucitado en los rincones más oscuros de la vida, donde hay alguien que llora, lucha sufre y espera. No tengamos miedo, de acompañar y dignificar la vida de las víctimas, ¡ Dios está allí!

Mateo, 28, 9-10 nos dice: “ No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea, allí me verán”. En Galilea se celebra el encuentro con el resucitado y al mismo tiempo nos  impulsa a propiciar  espacios de reparación, escuchando y acompañando a las víctimas primarias y secundarias. Ofreciendo y articulando vida, onde la muerte exige justicia y liberación.

María Magdalena, “ella, lo hizo saber a los que habían estado con él, que estaban tristes y llorando” (Mc 16 10). La reacción de estos ante el anuncio de María Magdalena es de “incredulidad”. La misma actitud se repite muchas veces cuando una víctima se atreve a verbalizar que fue abusada, NO creemos en lo que está comunicando y colaboramos en la revictimización y hacemos que su palabra no tenga valor, como los discípulos nos acreditaron en María Magdalena. ¿Qué nos falta para creer en las víctimas?

Resucitar, es dejar que el soplo del Espíritu regenere la vida, principalmente en las víctimas de abuso, donde abunda la soledad y la culpabilidad. Así como, exige estar vigilantes, como María Magdalena, María la madre de Santiago, Juana , Salome y otras tantas mujeres del Evangelio, quienes reconocieron y encontraron a Jesús en la madrugada del Sábado.

En este tiempo de pascua repetimos varias veces ¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza! Amar requiere coraje, estar disputas a anunciar y denunciar cualquier relación abusiva. Romper con legalismos y estereotipos, visibilizando la contribución de la mujer en la Iglesia, que buscamos ser centinelas del Espíritu.

Se me estremece y angustia el corazón cuando digo que Jesús nos protege y cuida. Porque paradójicamente, encontramos personas que actúan en nombre de Dios para abusar y violentar a los Niños, Niñas, Adolescentes y Adultos Vulnerables. Hagamos que la resurrección nos impulse a denunciar y a decir cero tolerancia a cualquier tipo de abuso.

Finalmente, la resurrección nos convida a realizar un doble movimiento de interiorización (viaje ad intra) y de exteriorización (viaje ad extra). Este movimiento libera a la persona y la hace más plena y paradójicamente más rica para amar. Que este tiempo de pascua sea para abrazar, escuchar y dignificar tantas situaciones de injusticia que están presentes en nuestras relaciones.

Con cariño: Yolanda Olivera- Franciscana Misionera de la Madre del Divino Pastor

Volver arriba