Hemos recibido un año nuevo y con él, todos tenemos algo que queremos realizar y algo que queremos dejar atrás…

Hoy veo en el texto de Mt 2, 1-12 un regalo de Dios, pues nos muestra el camino a través de su estrella, de su Espíritu Santo, nos llena de alegría al encontrar a su Hijo y nos hace una señita que al igual que a los magos, también a nosotros nos quiere invitar a regresar por otro camino… entonces, es el momento para preguntarse ¿cuál será ese nuevo camino?

El texto de Mt es amplio, pero tomaremos el  versículo 12c y lo vamos a comentar por partes para tratar de integrarlo a nuestro caminar:

Regresaron: Esto significa que ya habían estado allí. En nuestra cotidianidad, algunos disfrutamos de un tiempo fuera durante estas fechas y luego hay que regresar… a la casa, al trabajo, a la familia, al barrio, a la comunidad, a los proyectos, en fin, a lo conocido…

A su tierra: Aunque suene a palpable, a un lugar determinado, también nos habla de algo menos tangible y más profundo que bien podría reemplazarse así: regresaron a su vida, a su interior, a su esencia. Pues otra de las realidades que acompañan estas fechas, son las luces, las fiestas, la música, el ruido, las multitudes que van de un lado a otro y esto, aunque no lo creamos, poco a poco nos saca de nosotros, nos impide la intimidad, donde contemplamos a Jesús recién nacido, donde solo el silencio nos acerca a él y a nosotros mismos, para enrutar la vida, para descubrir aquello para lo cual nacimos…

Por otro camino: siempre habrá una forma nueva para hacer las cosas y este otro camino me suena a esperanza. Durante el adviento nos preparamos para recibir a Jesús recién nacido, para celebrar la navidad y ahora que Dios se ha manifestado en la fragilidad de un niño, es momento para elegir ese otro camino que nos mantenga cerca de él, reflejando la novedad que nos trae. Sigamos su estrella…