"Rema mar adentro". El año 2024 me llevó a remar mar adentro. Me hizo encontrar conmigo misma. Me ayudó a releer mi propósito y sentido de mi vida misionera.
El remar hacia mi interioridad me confronta con el estado de mis redes y el desafío de desembarcar, arrimar mi barca a la orilla y lavar con cuidado diligente mis aparejos de pesca.
Hoy, en los albores del 2025, me embarco de nuevo junto a Jesús de Nazareth, en mi pequeña barca: con amor renovado; las fuerzas restituidas; el corazón sereno y abierto a la esperanza, para continuar remando mar adentro hacia la otra orilla.