Cada ser viviente tiene su historia de nacimiento, la cual, marca su vida de una manera muy particular. Hacer memoria, nos conecta a ese momento en que por primera vez dejamos el vientre de mamá y nos acoge el vientre de la realidad familiar, local y mundial. La realidad diversa y compleja, que en muchas ocasiones está cargada de alegrías y esperanzas, sueños y sabores, pero también, sinsabores, tristezas y desesperanzas.

Contemplar la memoria de tu nacimiento Jesús, es acercarnos con pies descalzos y corazón abierto a las historias de tantas mujeres, para contemplar sus vidas, las condiciones de sus embarazos y aquellas memorias que no han sido las más alentadoras, por infinidades de situaciones.

Pensamos en aquellas mujeres que viven la guerra, dictaduras, aquellas que han sido abusadas, violadas, encarceladas o viven violencia... Un sin fin de rostros concretos que tienen sus cuerpos marcados por historias.

Cómo no conectar con tu realidad de niño y niña desde la combinación de fortaleza y debilidad de las entrañas de mamá, vulnerada por un sistema opresor que justifica sus estructuras abusivas bajo miradas de desarrollo.

Cómo no conectar con la niña interior que aún desea ser escuchada, sostenida, acogida, sanada; aquella que, resurge y recobra su dignidad de mujer valiente, arriesgada y generadora de vida.

Cómo no conectar con tus gritos durante el parto porque contigo no solo viene el o la bebé, viene el cambio de vida brusco que significa muchas veces el abandono de ti misma por desconocimiento para centrarte y concentrarte de una manera desmedida en la nueva misión de cuidar y criar.

Cómo no conectar con tus múltiples necesidades, a veces invisibles para los ojos de los y las que te rodean, aquellas necesidades que, solo los y las que tienen la osadía de conocerte saben descubrir, comprender y acompañar.

Cómo no conectar con tus búsquedas y anhelos profundos, esos que son insaciables y que te mantienen en constante movimiento para intuir desde dónde y cómo continuar siendo la mujer que nace y se renueva con cada experiencia y cada amanecer.