#LectioDivinaFeminista El Silencio Cómplice: De la Multitud a la Comunidad que Denuncia

El Silencio Cómplice: De la Multitud a la Comunidad que Denuncia
El Silencio Cómplice: De la Multitud a la Comunidad que Denuncia

“Somos las sobrevivientes

de la brutalidad

que mancha los recuerdos,

que come las ilusiones,

que encierra la creatividad”

Natasa Lambrou

NOV 3 de tamaño pequeño

La instalación “Zapatos rojos” de Elina Chauvet es una instalación de arte público que busca sensibilizar sobre las ausencias que dejan las mujeres que han sido asesinadas. Es un llamado a solidarizarnos ante estas situaciones de violencia.

Introducción 

La siguiente reflexión está dedicada a la mujer latinoamericana que camina, lucha y resiste.

Nos encontramos aquí, no por mera casualidad, sino con un propósito firme y profundo en este Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Miramos el Evangelio de Lucas 23, 35-43, y en sus palabras vemos el sufrimiento de Jesús, encontramos un reflejo de nuestra propia realidad.

En este pasaje, Jesús es objeto de burla y repudio. Leemos que los magistrados, los soldados e incluso uno de los criminales lo insultan, lo humillan y lo desafían. Él, el Mesías, es despojado de su dignidad y su poder. Esta escena de abuso y desprecio nos resuena profundamente. ¿Cuántas veces se ha despojado de su dignidad a la mujer en nuestros hogares, en nuestras calles, en nuestras comunidades? ¿Cuántas veces se ha burlado de su voz, de su cuerpo, de su existencia misma?

Pero en medio de esta violencia, emerge una voz. Un hombre que también sufre, pero que ve más allá de su propio dolor y reconoce la inocencia de Jesús. Con valentía, le dice al otro malhechor: "Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada malo". Esta voz nos invita a romper el silencio, a denunciar la injusticia y a reconocer la verdad, incluso cuando el mundo a nuestro alrededor parece ciego.

En ese momento de inmensa violencia y soledad, Jesús le dice al malhechor arrepentido: "Hoy estarás conmigo en el paraíso". Esta es la promesa de un reino de paz, de justicia y de dignidad. Es la promesa de que, incluso después de las peores tormentas de violencia, hay un lugar de refugio, de restauración y de esperanza. Esta es la promesa que nos llena de fortaleza en nuestra lucha por un futuro sin violencia.

Este pasaje no es solo una historia de hace dos mil años. Es una historia de hoy, de nuestra América Latina, una tierra de contrastes, de amor profundo y de dolor, donde las mujeres aún luchan por su derecho a vivir sin miedo. Y hoy, mientras recordamos a las que ya no están, y a las que aún luchan, el mensaje de este evangelio nos fortalece: nos recuerda que incluso en medio de la crucifixión, hay esperanza, hay dignidad y hay una voz que clama por justicia.

Contexto Literario e Histórico de Lucas 23, 35-43

El pasaje de Lucas 23, 35-43 es un fragmento de la narración de la Pasión de Jesús, el momento culminante de su ministerio por esta tierra. Para entender su hondo significado, es importante examinar tanto su contexto literario dentro del Evangelio de Lucas como el contexto histórico en el que se desarrolla.

Contexto Literario en el Evangelio de Lucas

  • Jesús, el Salvador de las personas marginadas: Lucas presenta a Jesús como el salvador de las personas desvalidas, de las personas pecadoras y de aquellas personas que la sociedad marginaba. La escena de la crucifixión, en la que Jesús muere junto a dos "malhechores", es un poderoso ejemplo de esta teología. Jesús no muere solo, sino en compañía de aquellos con los que se identificó durante toda su vida: las personas pecadoras y las personas excluidas.
  • El concepto de "salvación": En este texto, el concepto de "salvarse" se convierte en un tema central y paradójico. Aquellos que quieren hacerle daño a Jesús (los magistrados, los soldados, el malhechor) lo desafían a "salvarse a sí mismo" para revelar que es el Mesías. Sin embargo, la teología de Lucas subraya que la verdadera salvación de Jesús no es librarse de la cruz, sino aceptarla para salvar a los seres humanos. Jesús se "salva" a sí mismo y a otros al morir en la cruz.
  • La figura del "buen ladrón": El malhechor arrepentido es una figura única de la narrativa de Lucas. A diferencia de los otros Evangelios, Lucas incluye este diálogo crucial que subraya el tema del perdón, la misericordia y la conversión en el último momento. El "buen ladrón" no solo reconoce su culpa y la inocencia de Jesús, sino que hace una confesión de fe en su realeza y en su reino futuro.
  • El "hoy" del paraíso: La respuesta de Jesús, "En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso", es una declaración radical. Rompe con la idea de que el paraíso es un destino distante o una recompensa futura. En su lugar, el perdón de Jesús es inmediato y absoluto, ofreciendo esperanza en el momento más oscuro.
  • Acento en el perdón y la oración: Este pasaje se une a otras características del Evangelio de Lucas, como el acento en el perdón. Justo antes, Jesús dice: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lucas 23, 34). Esto demuestra su coherencia, ya que incluso en su agonía, su corazón está lleno de misericordia y perdón hacia su ejecutor.

Contexto Histórico

  • La crucifixión como espectáculo romano: La crucifixión era una técnica de ejecución cruel y pública, utilizado por los romanos para castigar a los criminales más peligrosos y rebeldes contra el imperio. Era una forma de tortura y humillación extrema, diseñada para disuadir cualquier insurrección. El letrero sobre la cruz de Jesús, "Este es el rey de los judíos", era un sarcasmo político, una burla a sus supuestas pretensiones de realeza.
  • El mesianismo en el judaísmo: En el siglo I, muchos judíos esperaban un Mesías (el "Elegido") que sería un líder político y militar poderoso, que liberaría a Israel del dominio romano. La burla de los líderes y soldados a Jesús ("si él es el Mesías de Dios... sálvate a ti mismo") se basa en esta expectativa. El hecho de que Jesús muriera en una cruz, un instrumento de la opresión romana, iba en contra de todas las expectativas de un Mesías triunfante.
  • Criminales y "bandidos": Los "malhechores" crucificados junto a Jesús refuerza la idea de que Jesús fue crucificado como un rebelde político, acusado falsamente de ir contra el orden establecido. Al ser colocado entre ellos, Jesús se identifica con los marginados, los rebeldes y aquellos que el imperio consideraba una amenaza.

En resumen, el pasaje bíblico de la crucifixión en Lucas 23, 35-43 es mucho más que un simple relato de un hombre que muere en la cruz. Es una lección teológica sobre la verdadera naturaleza de la salvación de Dios, que se manifiesta en la debilidad y la humillación. A través del "buen ladrón", Lucas muestra que la fe y el arrepentimiento pueden encontrarse en los lugares más inesperados, y que la misericordia de Dios es inmediata y sin límites, incluso en las peores circunstancias.

Temas Teológicos Clave

Los temas teológicos del Evangelio de Lucas 23, 35-43 para la mujer latinoamericana, especialmente en el contexto del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, se centran en la dignidad, la justicia y la esperanza.

La Humillación y la Dignidad de la Mujer

El pasaje muestra a Jesús siendo despojado de toda dignidad a través de burlas y escarnio por parte de los líderes religiosos y soldados. Esta experiencia resuena con la realidad de muchas mujeres latinoamericanas que han sido víctimas de violencia, donde sus cuerpos y su dignidad son profanados. El evangelio no oculta esta humillación, sino que la revela como parte del sufrimiento de Cristo. Al igual que Jesús, la mujer que sufre violencia es despojada de su dignidad, su voz y su identidad. Sin embargo, este texto teológico afirma que, incluso en la máxima humillación, la dignidad intrínseca de la persona, creada a imagen de Dios, no puede ser eliminada. La divinidad de Jesús permanece intacta a pesar de los insultos, y así también la dignidad de la mujer persiste a pesar de la violencia.

La Denuncia de la Injusticia

Uno de los aspectos más poderosos del pasaje es la voz de uno de los malhechores crucificados. Él denuncia la injusticia al reconocer la inocencia de Jesús y la propia culpabilidad: "Nosotros, en verdad, lo estamos justamente... en cambio, este no ha hecho nada malo". Esta voz es un llamado a la justicia. En el contexto de la violencia de género, a menudo se culpa a la víctima, se justifica la agresión y se silencia la denuncia. La voz de este hombre nos enseña la importancia de hablar, de reconocer la verdad y de clamar por justicia, incluso cuando se está en una posición de vulnerabilidad. Rompe el silencio y confronta la mentira, un acto crucial en la lucha contra la violencia que oprime a las mujeres. Su valentía nos inspira a alzar nuestras voces, a denunciar las injusticias y a buscar un mundo donde la verdad y la justicia prevalezcan.

La Promesa de la Esperanza y la Vida

En medio del sufrimiento, Jesús ofrece una palabra de esperanza al malhechor arrepentido: "Hoy estarás conmigo en el paraíso". Esta promesa no es para un futuro lejano, sino una realidad inmediata. En el contexto de la violencia, esta promesa es un bálsamo para las heridas. A las mujeres que han sufrido violencia, se les ofrece la esperanza de una nueva vida, libre de opresión. Este "paraíso" prometido por Jesús puede interpretarse como un lugar de paz, de restauración y de sanación, donde las lágrimas son enjugadas y las heridas son curadas. Es un recordatorio de que, a pesar de las cicatrices del pasado, hay un futuro lleno de vida y esperanza. Es un mensaje de consuelo y fortaleza para las mujeres que luchan por salir de la violencia, sabiendo que no están solas y que la promesa de una vida plena, sin miedo ni opresión, es una realidad a su alcance.

Meditación

Cierra tus ojos suavemente y respira muy hondo. Siente el aire fluir en tu cuerpo. Siente la calma.

Ahora, ponte que estás en el lugar de la crucifixión. Es un día polvoriento y ruidoso. Escuchas los sonidos que emite la multitud, las burlas de los soldados, el sonido de los látigos. Y en medio de todo ese caos, ves a tres hombres en sus cruces. Dos de ellos son criminales, y el del medio es Jesús.

Escuchas la voz de uno de los criminales. Él se burla, se une al coro de insultos que rodean a Jesús. Sus palabras son como golpes, añadiendo más dolor a la escena. Sientes el peso de ese coro, ese silencio cómplice que permite que el mal florezca. ¿Reconoces ese silencio? Es el silencio que has visto en tu propia vida, en tu familia, en tu comunidad. El silencio que permite la violencia.

Ahora, de repente, una nueva voz irrumpe. No es fuerte, pero es firme. Es la voz del otro criminal. Él también sufre, pero su dolor no lo ha cegado. Él mira la injusticia, mira a Jesús con ternura y dice: "Este no ha hecho nada malo."

Visualiza esa voz. No tiene un megáfono potente. No tiene poder, ni dinero, ni un ejército detrás. Es una voz que surge de la vulnerabilidad, de la verdad. Y esa voz rompe el coro del odio. Desarma la burla.

Ahora, imagina que esa voz es tuya. Visualiza la injusticia que has visto o sufrido. Puede ser un comentario hiriente, una burla, una acción violenta. Y ahora, con todo tu ser, imagina que abres la boca y hablas. Imagínate diciendo: "Esto no está bien."

¿Qué sientes al hablar? Puede ser miedo, pero también siente la fuerza. Siente cómo tu voz se une a la de este hombre, a la de las mujeres valientes que han roto el silencio antes que tú. Visualiza a esa mujer o a esa niña que necesita que alguien hable por ella, y tú eres esa voz. Tú eres la que se atreve a decir la verdad.

Visualiza que tu voz se convierte en una luz brillante. Una luz que ilumina la oscuridad, que expone la injusticia. Una luz que da esperanza a las personas que están en silencio y se sienten solas.

Permanece en esa imagen por un momento. Siente el poder de tu propia voz, el poder de tu valentía. El poder que tienes para ser una agente de cambio.

Termina esta meditación agradeciendo a Dios por el regalo de tu voz y por la fuerza para usarla. Y cuando abras los ojos, lleva contigo la convicción de que tu voz es importante, que tu voz puede romper el silencio, que tu voz puede traer sanación y justicia a tu mundo.

Contemplación para la Mujer Latinoamericana

Preparémonos para viajar al corazón del Evangelio de Lucas 23, 35-43, y encontrar en él un reflejo de tu propia historia y una luz esperanza.

La Contemplación: El encuentro con la Verdad en la Cruz

Preparación:

Encuentra un lugar adecuado para nuestro encuentro. Cierra los ojos y respira hondamente. Siente todo tu cuerpo, el latir de tu corazón, el vaivén de tu respiración. Libera cualquier stress. Ahora, visualiza tu corazón como un espacio sagrado. En él, invita a Jesús a estar contigo.

  1. El Despojo y la Humillación:

Imagínate en la colina del Calvario. La sensación que provoca el sol en tu cuerpo, el polvo que se levanta. Hay un grupo de personas. Algunos te miran, se burlan. Te señalan, te susurran. Te sientes desnuda, expuesta. Se ríen de tus sueños, de tus luchas. Te dicen que no vales nada. Escuchas a los magistrados y a los soldados decir a Jesús: "Sálvate a ti mismo si eres el Mesías." Te dicen que, si fueras más fuerte, más valiente, si te callaras, no estarías en esta situación. Siente la herida de esas palabras, el dolor de ser despojada de tu dignidad.

Ahora, mira a Jesús. Él está en la cruz. Humillado, despreciado. Pero su dignidad no se ha ido. Mantiene su mirada, su presencia. Su cuerpo está lastimado, pero su alma es libre. Reconoce en Jesús tu propia fuerza interior. La humillación no te define. El dolor no te quita tu valor. En Él, eres vista, eres conocida, eres amada, sin importar las heridas. Permanece en silencio con Él, sintiendo esa conexión profunda.

         2. La Voz que Rompe el Silencio:

La escena continúa. El silencio de Jesús es abrumador. Pero de pronto, una voz se levanta. No es una voz fuerte y poderosa. Es la voz de un hombre que sufre a tu lado, alguien con quien compartes el dolor. El malhechor arrepentido reprende a su compañero: "¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada malo."

Escucha esa voz. Esa voz es la tuya. Es la voz de la verdad que se alza contra la mentira. Es el grito de "¡Basta!" que viene de lo más profundo de tu alma. Esta voz no es solo para ti, es para todas las que han sido lastimadas. Es el grito de la mujer que ha sido golpeada, la niña que ha sido abusada, la hermana que ha sido menospreciada. Siente la urgencia de esa voz en tu garganta, en tu pecho. Visualiza a las mujeres de tu comunidad, de tu familia, de tu tierra, unidas en un coro de voces que gritan por justicia, por dignidad, por un mundo sin violencia.

         3. La Promesa del Paraíso:

Después de ese grito valiente, el malhechor se vuelve a Jesús y dice: "Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino." Él no pide ser salvado de la cruz, sino ser recordado en el reino. Es un acto de fe. Y Jesús, en su último aliento, le da una respuesta que es una promesa para ti: "En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso."

Siente la ternura y la misericordia de estas palabras. El paraíso no es solo un lugar después de la muerte; es una promesa de vida, de sanación, de paz. Visualiza ese paraíso en tu corazón. Es un jardín donde no hay miedo, no hay dolor, solo amor. Jesús te está invitando a vivir en ese paraíso aquí y ahora, a pesar de las cicatrices. Te está diciendo que tu vida, tu historia, tu lucha, no han sido en vano. Que cada paso que das hacia la libertad es un paso hacia ese paraíso prometido. Siente la calidez de ese amor que te envuelve, que te sana, que te da la fuerza para levantarte y seguir adelante.

Conclusión:

Toma un momento para reflexionar sobre lo que has vivido en esta contemplación. ¿Qué te ha dicho Jesús hoy? ¿Qué voz necesitas levantar? ¿Qué promesa te ha tocado el corazón? Da gracias por esta experiencia y lleva contigo la certeza de que tu historia está entrelazada con la de Cristo, y que, en Él, la dignidad, la justicia y la esperanza son para ti, hoy y siempre.

Instalación Artística: La Voz y el Eco de las Ausentes

Una instalación artística es un género de arte contemporáneo que surgió en la década de 1960. A diferencia de la pintura o la escultura tradicional que se centran en un objeto o pieza individual, la instalación transforma un espacio completo para crear una experiencia inmersiva para el espectador.

El Árbol de la Memoria y la Vida: Una Instalación Artística

Concepto y Simbolismo:

Esta instalación se presenta como el corazón de una experiencia de sanación y esperanza. El Árbol de la Memoria y la Vida es un símbolo poderoso que entrelaza el duelo por las vidas perdidas con la promesa de un futuro de dignidad y paz. Este árbol no solo representa la memoria de las víctimas de feminicidio, sino también la resiliencia de la vida que se renueva y crece incluso en medio del dolor más profundo.

Descripción de la Instalación:

La pieza central es un árbol imponente. Su estructura puede ser una intrincada red de ramas reales, secas y desnudas, o una construcción metálica elegante y minimalista. Las ramas se extienden hacia el techo, evocando tanto la fragilidad como la fuerza.

De sus ramas cuelgan innumerables etiquetas de papel delgadas y delicadas. En cada una está escrito el nombre de una mujer víctima de feminicidio. La idea es que los nombres parezcan hojas marchitas, que susurran sus historias al viento. La simpleza de los nombres en el papel blanco contrasta con la brutalidad de su destino, invitando a la reflexión.

En la base del árbol, el espacio está transformado en un jardín de tierra fértil. Hay recipientes grandes llenos de tierra oscura y rica. Junto a ellos, pequeños cuencos de cerámica o madera contienen semillas de plantas nativas de América Latina, como flores de cempasúchil, girasoles o frijoles.

Interacción con el Público:

La instalación se completa con la participación del público. Se invita a cada persona a acercarse a la base del árbol y a tomar una de las semillas.

  • Paso 1: La Memoria. Se pide al participante que sostenga la semilla en la palma de su mano. Se le anima a pensar en una mujer, una madre, una hermana o una amiga cuya vida haya sido impactada por la violencia.
  • Paso 2: La Esperanza. En el reverso de la semilla, o en una pequeña tarjeta atada a ella, se les invita a escribir una palabra de esperanza o un deseo de paz para el futuro. Puede ser "Justicia", "Paz", "Amor" o "Libertad".
  • Paso 3: La Acción. Finalmente, se les pide que planten la semilla en la tierra al pie del árbol.

Un letrero simple pero contundente, colocado en la base del árbol, resume el propósito de la acción:

"En memoria de las que no están, sembremos la vida que nos fue prometida."

Impacto y Significado:

Esta instalación transforma un acto de recuerdo y dolor en un acto de fe y esperanza. Al plantar la semilla, cada participante no solo honra a las víctimas, sino que también se convierte en un agente activo en la construcción de un mundo más seguro y justo. El árbol se convierte en un monumento vivo, un testimonio de que la vida, a pesar de todo, florecerá. Es un espacio de comunión donde el duelo se convierte en acción y el dolor se transforma en una promesa de futuro.

CANTO: HASTA LA RAÍZ, NATALIA LAFOURCADE https://www.youtube.com/watch?v=IKmPci5VXz0

PELÍCULA: DEBANHI (https://www.youtube.com/watch?v=MGNb7GrJrws)

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