#sentipensares2025 VIVIR LO EXTRAORDINARIO EN LO ORDINARIO

VIVIR LO EXTRAORDINARIO EN LO ORDINARIO
VIVIR LO EXTRAORDINARIO EN LO ORDINARIO

¡Dad gracias a Yahveh, porque es bueno, porque es eterno su amor! Sal 118,1

            Una de las características del mundo moderno es una tendencia a la baja en el asombro y en el recrearse en las cosas sencillas. Y este fenómeno social es muchas veces fomentado por la gran cantidad de objetos que se tienen al alcance con un menor esfuerzo.

            Por ejemplo, a un niño cualquier de clase social, aún con pocos recursos, muchas veces al recibir un regalo ni lo valora y menos le gusta. Ya que muchas veces lo ignora, algunos instantes después de recibirlo. Ahora vayamos con un adulto, al abrir el ropero donde están su prendas de vestir, es cotidiano que se sienta inseguro o hasta abrumado al elegir qué ponerse. Tiene tanto a la mano que no sabe porqué optar, y muchas veces termina diciendo que no tiene algo adecuado con que vestirse. En ambos casos hablamos de una oferta desmedida que ocasiona un consumismo extremo y que fomenta el desencanto y la desvalorización de lo que se tiene al alcance.

            En estos ejemplos lo extraordinario sería la expresión gustosa por recibir el regalo o el optar al escoger que ponerse, pero ya no es suficiente, pues se está tan embotado por tanto al alcance, que los hace inconformes o apáticos.

            Recientemente un amigo sacerdote católico cumplió 46 años de sacerdocio y me explicaba que había habido etapas en los que le había sido difícil mantener una predicación motivadora. Lo conozco desde hace unos veintitantos años y lo he escuchado predicar muchas veces y no se me hubiera ocurrido pensar que hubiese pasado por esos desiertos, pues cada vez que lo escucho es muy motivador.

            Muchas veces vivimos esperando momentos extraordinarios en nuestra vida eclesial y cuando no se presentan, caemos en un costumbrismo abrumador, de tal forma que la Palabra divina no crea en nosotros algo novedoso y cautivador que nos permita decir "gracias Madre/Padre celestial por tu amor" y vivir una vida en creciente transformándonos a la imagen de Cristo Jesús.

            Es decir tenemos a nuestro alcance la maravilla de la Palabra de Dios mismo, pero como hay muchas opciones, por ejemplo, si se navega en internet, se tienen a la mano diversas propuestas para participar en la sagrada eucaristía, infinidad de sitios si se quiere hacer oración comunitaria, muchos más predicadores que ofrecen reflexiones importantes, no obstante ante tanto, blogs de temas religiosos, etc. pues se vuelven abrumadoramente ordinarios y no se valoran.  No se encuentra lo extraordinario en lo ordinario.

Por lo que se cae en una apatía relacional con la Madre/Padre amor que es notoria, sino veamos actitudes de la gran mayoría de la feligresía en las misas dominicales o en las mismas predicas de los sacerdotes, les falta la pasión de manifestarse o comportarse como los amados de la Madre/Padre Dios celestial a menos que suceda un evento tan único que les cambie la perspectiva, sacándolos del marasmo eclesial donde habitan. Y si eso no sucede se sigue viviendo la religiosidad con desencanto y costumbrismo.

            Habrá que recordarnos que la Creadora/Creador celestial no necesita de nosotros, que nos ha dado el don de la vida y mucho más porque nos ama, pero también que nos está continuamente llamando a entablar y acrecentar esa relación directa con Ella/Él para nuestro bien y para que lo demos a conocer a los que nos rodean.

            Por tanto es vital dentro de nuestro cotidiano ordinario, aprender a sentir, a experimentar lo extraordinario de Su presencia en nuestra vida, para darnos cuenta que podemos vivir lo extraordinario en lo ordinario de nuestra vida. Y que los momentos extraordinarios que se nos permitan presenciar o crear para otros, sean valorados de forma detenida y lo suficiente para dar gracias por esos dones para vivir extraordinariamente como lo que somos: HIJAS e HIJOS del Altísimo.

Martha Eugenia,

Mujer Mariposa.

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