Bendigo a mis hermanas “Tras las huellas de Sophia” con quienes me encuentro iniciando este camino insospechado de acercarnos a la lectura de nuestra realidad a partir de la Palabra de la Ruah.

Doy gracias por esta maravillosa oportunidad que Dios Madre y Padre me da.

Doy gracias a Dios por el cacao que me provee en mi jardín y el cual degusto alrededor de la mesa, conjuntamente con el amor de mi familia.

Dejo ir todo aquello que daña mí espiritualidad, los problemas que provienen de las políticas partidarias, las faltas de fe en el hecho de que soy mujer que ha crecido, descubro que soy Baby Boom y he dejado de ser una joven de la Generación Z.

Celebro la vida que me ha dado la oportunidad de compartir en cada espacio de nuestro El Salvador, ya sea en la montaña o en la playa con mi familia, amigos y amigas de toda la vida.

Celebro la vida en la que cada mañana salgo a caminar y entro en contacto con el viento que da en mi rostro y me recuerda la presencia de Dios Padre y Madre. Y respiro profundamente, exhalo y veo hacia el cielo del cual prenden estrellas y una luna nueva o llena que me inspira a seguir adelante y anima a trabajar por los demás.

Tomo un sorbo de mi cacao y disfruto cada instante en el cual Dios me da la oportunidad de compartir.

Siento que mi corazón se abre a nuevas oportunidades de aprendizaje y nuevos vínculos de amistad.

Doy gracias por la oportunidad que me ha dado de ir aprendiendo a lo largo de mi vida de nuestra Madre Naturaleza donde siempre encuentro la presencia de Dios Padre y Madre.

A lo largo de mi vida he ido aprendiendo a meditar siempre sobre mi relación con la Madre Naturaleza y a encontrar continuamente formas de integrar la creación en mi espiritualidad. Un ejemplo, he decidido reciclar desde todas las formas posibles y no pisar nunca un jardín diseñado porque soy consciente de que hay muchos insectos e invertebrados “invisibles” que siempre se pisan y mueren.

Visito a menudo la naturaleza para admirar y nutrirme de la creación de Dios, y he desarrollado un gran amor por la naturaleza. Esto me genera un nuevo modo de vivir con alegría y paz profunda, y puedo sentir la presencia de Dios en cada criatura y en toda la creación.

Durante mi trabajo como docente en las aulas desde primaria hasta la universidad, siempre he tenido el cuidado de utilizar material reciclado. Incluso en casa durante muchas décadas venimos realizando compost, reutilizando bolsas, papel blanco y depósitos.

Me llama poderosamente la atención cuando “Francisco también aprovecha su mensaje para hacer un llamamiento a las naciones para detener el ulterior colapso de la “red de vida” la biodiversidad, señalando cuatro principios:

- Construir una base ética clara para la transformación que necesitamos a fin de salvar la biodiversidad; Luchar contra la pérdida de biodiversidad, apoyar su conservación y recuperación, y satisfacer las necesidades de las personas de forma sostenible; Promover la solidaridad global, teniendo en cuenta que la biodiversidad es un bien común global que requiere un compromiso compartido; Poner en el centro a las personas en situación de vulnerabilidad, incluidas las más afectadas por la pérdida de biodiversidad, como los pueblos indígenas, las personas mayores y los jóvenes”.

https://cdeimadrid.archimadrid.es/orar-en-agosto-con-la-laudato-si/

¿Qué comprende por conflicto?

Por conflicto entiendo una situación en la cual dos o más personas con intereses distintos entran en confrontación, oposición o emprenden acciones mutuamente antagonistas, con el objetivo de dañar, eliminar a la parte rival o arrebatarle poder de algún tipo en favor de la propia persona o grupo.

¿Cómo eso se refleja en la imagen compartida?

Respeto al Medio Ambiente

A lo largo de mi vida he ido aprendiendo a meditar siempre sobre mi relación con la Madre Naturaleza y a encontrar continuamente formas de integrar la creación en mi espiritualidad. Un ejemplo, he decidido reciclar desde todas las formas posibles y no pisar nunca un jardín diseñado porque soy consciente de que hay muchos insectos e invertebrados “invisibles” que siempre se pisan y mueren.