Maestro, ¡Qué bien se está aquí! Las mujeres, transfiguradas por la palabra compartida, las vivencias expresadas y los conocimientos adquiridos, a diferencia de Pedro, Juan y Andrés no piden hacer tres tiendas ajenas a la realidad, si no que bajan presurosas de la montaña "sagrada" al valle -muchas veces, de lágrimas- de sus comunidades, a seguir fortaleciendo y alimentando la vida y VIDA en abundancia.