“¿Por qué estás lejos, Señor, y te escondes en tiempos de angustia?”Salmo 10,1
“Tú ves el dolor y el sufrimiento, tú miras y tomas en tus manos el destino del indefenso.”Salmo 10,14
Dios Madre, Dios Compañera del Exilio,
¿dónde estás cuando nos despierta la noticia de la infamia?

¿Dónde cuando separan a padres de sus hijas/os,
cuando los cuerpos de nuestros hermanos son marcados como ilegales,
cuando nuestras raíces son arrancadas por leyes que huelen a muerte?
¿Dónde estás cuando una niña pequeña es esposada
Como si fuera un peligro nacer en el sur global
como si cruzar la frontera fuera pecado?

Tú que ves el llanto de quienes cruzan desiertos,
y el hambre de quienes limpian las casas que no pueden habitar, tú que conoces cada cicatriz en los pies migrantes,
no escondas tu rostro
mira también este corazón viejo y enfermo,
que se resiste a la resignación y no quiere olvidar.
Hoy me atrevo a decirte:
¡Defiende tú misma a tus hijas e hijos expulsados!

¡Defiende tú misma a tus hijas e hijos expulsados!
Haz que tiemble el trono del tirano,
que se desmoronen los muros de la crueldad.
Haznos Ruah, viento que consuela abrazo que sostiene, palabra que denuncia.
No permitas que el alma se nos hunda en la desesperanza.
Dinos, ¿qué nos toca hacer?

Aquí estamos.
Aquí estoy.
Con el corazón roto y la fe en tus manos.
Haznos lámpara en esta noche oscura.