| Edson López Aquino
María, bienaventurada desde el nombre
de Dios la elegida, para dar el testimonio
De muchas eres la líder y creyente
para la nueva comunidad naciente
Tus lágrimas silenciosas en la cruz
son la esperanza en las promesas del Reino.
En ese frío madero ahora está tu convicción
donde pocos ofrecieron su completa adhesión.
Antes que la ley lo prohíba
tus ojos vieron donde pusieron su cuerpo.
Del maestro viste su sepultura
el rostro muerto de un Dios de dulzura.
Guardaste luto de dolor y pena
cielo y tierra lloran por su Dios
y como se pierde al último la esperanza
pronto serás testigo de la gran alabanza
Al inicio de un día nuevo,
corres a ver el cuerpo de tu Señor
¿ No está ahí? ¿ Qué ha pasado?
No temas María, el Señor ha resucitado.
Confusa aún, no entiendes la noticia
recuerdas las promesas en el camino:
“el día tres después del llanto y dolor
verías al Señor lleno de esplendor”
¡ Ve María y anuncia a mis hermanos
que yo Cristo el Señor, he resucitado!
No llores, levántate y ve diligente
para que esta buenanueva llegue a la gente.
María bienaventurada desde el nombre
la primera testigo de la génesis pascual.
Eres líder de la comunidad apostólica
y pilar esencial de la fe católica