#8M2024 Las guerras que no se ven

Las guerras que no se ven
Las guerras que no se ven

#MujeresEntreGuerras

Si hay algo que se ha intentado proponer y exaltar en las mujeres es el silencio. Como si hablar, expresarnos, poner en palabras lo que vivimos, sentimos y aún cuestionamos fuera un “pecado”. Recuerdo ese poema de Neruda que celebra el “Me gusta cuando callas…” y que sintetiza lo que quisieran aquellos y aquellas que se resisten a escucharnos con el compromiso que ello implica. Y pienso en las guerras cotidianas de despojo, de abandono, de ironías, de violencias disfrazadas de “buenas intenciones” o de “es por tu bien”, que padecen tantas mujeres.

Y estos padecimientos están en distintos ámbitos: desde el doméstico hasta el laboral e incluso eclesial. Sí, porque a las mujeres se nos ha enseñado a tener que escondernos para llorar, “disfrazarnos” para esconder esos kilos de más, esas arrugas en la cara, esas canas que asoman por el paso del tiempo. A las mujeres se nos reduce a simples objetos para satisfacer los “antojos” de los demás que siempre van detrás de la imagen perfecta y menos problemática. Claro, porque cuestionar, debatir aquellos mandatos sociales que nos han impuesto sobre las espaldas y todo el cuerpo, eso no nos está permitido.

Y todo esto es parte de esas guerras tan invisibles que naturalizamos en lo cotidiano porque “siempre ha sido así”.

Por eso hoy, aquí y ahora, me invito, te invito, NOS invito a decir, hablar, expresarnos con la voz, el cuerpo, con todo lo que somos y hacemos a diario en los lugares donde habitamos. 

Volver arriba