Vamos a analizarlo desde los siguientes textos:

• La mujer de Lot miró atrás y se convirtió en bloque de sal. Gn 19,26
• Ella no quiso conservar su vida lejos de su historia (¡ese pueblo que se estaba destruyendo la había acogido!), Su vida sólo cobra sentido en su propia historia que en gran parte – se queda atrás-. Caminando en sororidad. P. 95
• El que pone la mano en el arado y mira para atrás, no es digno del reino de los cielos. Lc 9,26

Viendo los textos desde lo literal, volver atrás, mirar a atrás, retornar, parece que estuviera mal y al leer a Elizabeth Gareca en su artículo: La mujer de Lot. Una historia desobediente y solidaria (1° parte), me lleva a generar una contrapropuesta, pues allá, atrás, donde tanto miedo nos da volver, están nuestras fuerzas, está el origen de nuestros sueños y proyectos.

Está lo que dejamos huyendo y debemos enfrentar, atrás hay hermosos momentos y personas, atrás hay una versión de nosotros, que otros extrañan…

Creo entonces, que volver atrás o mirar atrás, es una gracia de Dios que nos permite leer nuestra historia desde su óptica.

Y tú, ¿has mirado o vuelto atrás?