#8M2023 Ser mujer es salir del cautiverio

Es responder a “la imagen y semejanza de Dios”

2023 (17)

¿QUÉ ES SER MUJER?

Reflexionar acerca del porqué de esta pregunta no la responde, pero abre otra perspectiva que no está desvinculada de la propuesta inicial. No obstante, según sea el planteo a partir del cual se la formula, puede ser válida para todos los tiempos y personas, ya que tiene que ver con la percepción de la identidad.

Según sea el contexto desde donde se formula, más bien puede asociarse a esa búsqueda de “quienes somos”, producto de una cultura ancestral que desdibujó y desenfocó la identidad femenina a favor del predominio masculino.

Aún hoy en el siglo XXI,  las mujeres estamos interrogándonos y buceando en nuestras raíces y en las raíces históricas acerca de nuestro ser y aún más, de nuestra razón de ser.

Apéndices de la historia, ahora y después de siglos de lucha en manos de pocas que alzaron su voz y muchas que acompañaban pero desde el silencio temeroso, hay reconocimientos, reversiones, restituciones, que buscan sanar la relación mujer varón, avanzando hacia el reconocimiento de la simetría entre ambos, y estableciendo relaciones de mutualidad, reciprocidad, cooperación.

Pero queda aún mucho por hacer, modificar, reestructurar, para que dicha simetría sea una realidad incluso donde ya hay por lo menos reconocimiento explícito al respecto y mucho más donde lamentablemente todavía no lo hay.

Ser mujer es asumir nuestra identidad desde la libertad con la que fuimos creadas. Es pulsar los hechos de la vida desde nuestros propios sentimientos, emociones, percepciones, razonamientos. Somos una realidad fisicopsíquica, social, espiritual, cultural. Somos cuerpo y espíritu.

El lenguaje del cuerpo aporta una sensibilidad especial por la defensa de la vida, la captación de los valores afectivos y su valor esencial para la convivencia familiar con todas sus implicancia  y social.

Ser mujer es salir del cautiverio de los roles fijos, para poder optar por la vocación propia, no impuesta, no fija, no digitada previamente por la condición de mujer definida por el varón y amañatada por la cultura, transmitida de generación a generación.

Es responder a “la imagen y semejanza de Dios” como fuimos creadas, con la responsabilidad y el compromiso que nos cabe en los designios divinos y no en las arbitrarias asignaciones impuestas por un machismo esclavizador y mutilante.

Ser mujer es aportar equilibrio y justicia en la relación varón mujer entrampada en la historia, es apertura de mente para responder desde el propio discernimiento (enriquecido por el intercambio con los demás,  los valores éticos y los religiosos a los que se   pueda adherir, la capacitación, etc.) a la construcción de la realidad compartiendo responsabilidades con el varón.

No se trata de reinvertir posiciones y caer nuevamente en una dicotomía superior inferior. Se trata de ir gestando un revinculación a partir de relaciones basadas en la igual dignidad de los seres humanos, el reconocimiento de sus derechos y la responsabilidad de ambos en llevar adelante este mundo, en el que la aspiración a la paz, a una vida digna para todos y una convivencia amical, no se estanque en palabras sino se hagan realidad.                                            

Argentina. 25-02-2023

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