#sentipensares A las mujeres de las vías del tren

...y lo que haces para subsistir
| Winivel Peña P.
Tu cuerpo es digno y tu vida también importa.
Me duele contemplar tu rostro desde lejos, te miro, y en tu mirada descubro los gritos de desesperación por salir del círculo cruel de violencia y sin sentido en la que te envuelves. En mis entrañas de mujer siento la vulnerabilidad en la que habitas cada día. Sin importar tu edad, usan día y noche tu cuerpo como si fuera un objeto y rompen tu ser persona por obtener migajas de placer.
Cuán difíciles y fríos son tus días entre los muros de la soledad y el descarte de una sociedad que te juzga y te condena sin piedad por lo que haces con tu cuerpo, más aún, no es digna de acogerte y ofrecerte espacios donde puedas reconstruir tu vida, tu historia, sanar tus heridas y tener una mejor calidad de vida.
Que cruel es el Estado que por año te ha visto en las condiciones hostiles en la que vives y normaliza tu quehacer, como “trabajo” siendo consciente que es explotación y abuso de poder de una sistema patriarcal y machista embriagado de cinismo. ¡Que duro es tu caminar!, cuando unos cuantos solo te cosifican y ningunean.
Sólo tú y a quien tú decides abrirle tu mundo interior saben lo que llevas dentro, cuánto dolor y sufrimientos cargas en tus espaldas y en tu corazón. Cuan marcada está tu vida mujer, que tu dignidad y existencia queda recluida a unos cuantos centímetros del cuarto maloliente que te cobija por horas donde profanan tu cuerpo y violentan tu vivir. Si tu cuerpo es templo del espíritu, como lo mancillan y lo mutilan creyéndose dueños de todo y de nada, ciegos de un instinto compulsivo que aun sintiéndose poderosos, ellos mismos se degradan.
Mujer de la línea del tren, tu vida vale, tu vida importa. Nadie ve tu llanto, pero el Dios de la vida conoce y escucha tu clamor, y sueña con encontrar manos sensibles y corazones compasivos que te ayuden a salir del barro donde circunstancias te han llevado. Manos y corazones que ayuden a recuperar tu amor propio, tu valor y el sentido de tu vida.
Mujer de la línea del tren, tu vida vale, porque eres también humana, porque tienes derecho a vivir en libertad, a sanar tus heridas a reconstruirte y mirar a un horizonte nuevo lleno de esperanza y estabilidad.
Mujer de la línea del tren, tu vida importa porque eres criatura también amada, porque eres mujer que sientes y padeces, porque mereces vivir con dignidad sin que nadie invisibilice tu vida y tu ser.
Mujer de la línea del tren tus gritos y realidad importan y merecen ser escuchados en el mundo. Hoy también mereces alzar tu voz y que sea escuchada.