¿NAVIDAD?

La luz roja del semáforo indica a los transportes públicos que paren por unos segundos entonces una joven MUJER con sus vestimentas de algún pueblo originario de México, se ubica a la vista y lanza al aire las pequeñas pelotas que sostiene en sus manos, haciendo malabarismos, cuidando que aquellas no caigan. La duración de su acto es hasta que algún conductor pite con su claxon o una moto ruja urgiéndola a que se quite. No obstante, mientras aun los coches se mueven lento, se acerca a ellos, esperando la ayuda económica, que siempre es insuficiente. ¿Navidad?

           ¿Qué sentido tendrá la Navidad para el que tiene hambre cotidianamente y para llevarse algo a la boca, expone su vida muchas veces?

           En la misa de Navidad, algunos bien arropados cargan una escultura del Niño Dios, a veces del tamaño de un pequeño bebé. Al término esperan en una larga fila a que el sacerdote bendiga su gran talla, para después listos salir a festejar en casa.

           Mientras a las puertas del templo, una MUJER con dos niños sentada en el suelo frío, invita a comprar sus flores tejidas con plásticos de colores llamativos. ¿Tendrán cena navideña esperando en casa, aún más tendrán una a la cual llaman hogar?

           Los comensales en esa cocina económica saborean su comida, mientras una MUJER ya vieja, entra y silente se queda parada esperando en la puerta a la vista de todos. Dirige su mirada a diferentes puntos, algunos han notado su presencia e ignorándola siguen comiendo, mientras ella, espera.

           ¿Qué acaso los que están comiendo, no están ahí porque han sentido hambre como ella?

           Una MUJER vieja con sus ropas humildes está sentada en la última banca del templo escuchando al sacerdote, así como otros muchos que han asistido a la misa de Navidad, su rostro denota el cansancio de la vida, y lo muestra una vez más con movimientos lentos y torpes. Al término de la celebración se ubica a la salida de una de las puertas, esperando...

           ¿Qué acaso los feligreses alguna vez no se han sentido abrumados por sus circunstancias y no han esperado a que otros les tiendan la mano?

           La niña MUJER se acerca estirando un pequeño recipiente esperando o pidiendo una moneda mientras su papá o su mamá o ambos tocan un desafinado violín. Si la obtiene agradece, si es ignorada sigue jugando.

           ¿Por qué tiene que combinar el trabajo y los pequeños espacios entre este y la espera de una moneda, para jugar con una piedra, con sus dedos, con una pelota hecha de un pedazo de papel o patear un recipiente de cartón vacío. ¿Qué el que pasa a su lado, no recuerda sus juegos infantiles a veces interrumpidos, para ir a sentarse a la mesa donde le esperaba un plato con sopa o su cama tibia porque era hora de dormir? En cambio, esa niña/o espera una moneda que tal vez le permita comer algo muy dulce, que mitigue su hambre momentáneamente.

           Para cuándo será Navidad para esas personas, ... ¿Hasta cuándo los que están arropados, sin hambre, voltearán a ver a los que a su lado necesitan que ellos después de haber entendido y sentido el mensaje del Niño Dios que ha venido a compartir el pan y a hacerse PAN para todos, misericordes compartan el suyo con el desprotegido, con el que menos tiene, con el que lo necesita, con el que lo ha perdido todo o casi todo, con el que está preso o enfermo, o con el ateo, o con el drogadicto... De qué sirven tantos rezos si no se hacen bendiciones para todos?

         ¿Hasta cuando desde nuestro ser imagen de la Madre/Padre misericordioso entonaremos con los labios, con el corazón y con nuestras acciones el canto: ¡Ven, ven Señor no tardes, ven que te esperamos! ¿Compartiendo, no dándole sobras, al que menos tiene para ser signo de esperanza para ellos, como el mismo Dios hecho hombre lo es para todos?

           Es tú y mi momento de ser prójima/o,

           es tú y mi momento de mostrar al otro el amor con que fuimos creada/o,

           es tú y mi momento de llevar a Cristo Jesús a los que no lo conocen,

           es tú y mi momento de testimoniar con obras lo que predicamos,

           es tú y mi momento de ser consuelo con nuestra sola presencia

           es tú y mi momento de acompañar a la enferma/o,

           es tú y mi momento de compartir el pan, no las sobras, ...

 ¡Es nuestro momento de ser Navidad en cualquier fecha del año, para los que nos rodean!

Martha Eugenia,

Mujer Mariposa.