#sentipensares "Yo soy el pan de vida"

"Yo soy el pan de vida"
"Yo soy el pan de vida"

  1. Lectio (Lectura)

   - Texto: Juan 6, 41-51

   - Lectura: En este pasaje, Jesús continúa su discurso sobre el "pan de vida" que ha estado leyéndose en los dos domingos previos. Los judíos murmuraban porque Jesús ha dicho que Él es el pan bajado del cielo. Jesús responde que nadie puede venir a Él si no es atraído por el Padre, y que Él es el pan vivo que ha bajado del cielo, y que quien coma de este pan vivirá para siempre. El pan que Él dará es su carne, para la vida del mundo.

  1. Meditatio (Meditación)

     - Pregunta: ¿Qué me dice este pasaje hoy? ¿Cómo entiendo la afirmación de Jesús de ser el pan de vida?

   - Reflexión:

Este domingo continuamos con la lectura de la revelación de la Pascua de Jesús, como el pan de vida. Además de reafirmar el hecho de que Jesús da ese alimento que baja del cielo, hace un especial énfasis en que no es cómo el maná que comieron los hebreos cuando salieron de la esclavitud de Egipto: vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron (Jn 6,49) sino que es el pan que alimenta para no morir, pero ¿a qué se refiere esto? Recordemos que cuando el pueblo de Israel deambulaba por el desierto, en un reclamo a Moisés pensaron que había sido una mala idea dejar la esclavitud, allá teníamos ollas llenas de carne, decían; aunque les costara la libertad, era mejor no pasar hambre. Yahvé, les envió entonces maná en todas las mañanas (que caía del cielo) para poder hacer pan y no pasaran hambre, pero la fe de aquella generación fue siempre débil, Yahvé les dijo que, a causa de ello, serían sus hijos y no ellos los que verían la tierra prometida. El pueblo de Israel no incrementó su fe, no se dio por completo a la presencia de Dios, aún cuando recibieron el pan del cielo, murieron. Y no se trata de la muerte física solamente, sino del espíritu vacío, de aquél que no encuentra la conexión divina para vivir una vida plena aquí y después de este mundo. Jesús nos propone eso: “déjate guiar por mí, entrégate que yo me entrego a ti”. Buscar el pan de vida que nos promete Jesús, desde la escritura y el continuo ejercicio de la oración, verlo multiplicado en nuestra vida, en la mirada del otro, de la otra.

Hace unos días, mientras observaba el capítulo final de temporada de una serie que habla sobre el proceso de un restaurante y la gente que lo habita, una chef dijo que, en todos sus años de servicio, puede asegurar que la gente no recuerda la comida, sino las personas que estuvieron ahí. Desde nuestra cotidianidad, experimentamos muchas veces el alimento con el que Jesús se presenta en nuestras vidas y quizá olvidarlo con el tiempo, pero nunca olvidamos la mano de Jesús extendiendo ese pan. Quizá nuestro cuerpo no recuerde la intensidad del dolor, de la alegría o del abandono, pero sí recuerda la mano del otro que nos sostuvo en el momento clave, del momento en que se iluminó algo dentro de nuestro ser, algo más profundo que las necesidades físicas.

     - "Señor, en este pasaje veo cómo te revelas como el pan vivo que satisface no solo el hambre física, sino también la sed espiritual más profunda. Me invitas a creer en ti y a aceptar tu vida en la mía."

  1. Oratio (Oración)

     - "Jesús, gracias por ofrecerte como el pan vivo que baja del cielo. Ayúdame a acercarme a ti con fe y a recibirte en la Eucaristía, en la oración cotidiana con un corazón abierto. Que tu presencia en mi vida me transforme y me llene de la vida eterna que prometes.

Señor, te pido que aumentes mi fe. Ayúdame a comprender más profundamente el misterio de tu presencia y a vivir de manera que mi vida refleje el don que me has dado."

  1. Contemplatio (Contemplación)

     - Siéntate en silencio y deja que las palabras "Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo" resuenen en tu corazón. Permite que esta verdad se profundice en tu alma. Visibiliza el lugar, hazte parte de los discípulos que lo acompañan ¿qué sientes? ¿cómo te responde Jesús ante esa necesidad del hambre espiritual?

"Señor, tú eres el pan vivo que da vida eterna. Te recibo con fe y gratitud."

  1. Actio (Acción)

   - Compromiso:

 Decide una acción concreta que puedas tomar en la semana para vivir esta enseñanza. Por ejemplo, asistir a misa con mayor devoción o pasar tiempo en oración contemplativa.

     - "Busquemos al Señor como aquellos amigos, aquellas amigas que le pedían danos siempre de ese pan, que su alimento nunca nos falte y nos acompañe todos los días para encontrarlo y poder compartirlo con la/el otro."

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