Visitación de María a Isabel

La gracia y la paz de nuestro Dios Padre y Madre, y de Jesucristo nuestro maestro, sean con cada una y todos ustedes.

Así que María visita a su prima Isabel. Ambas están esperando familia.

Son primas, pero viven lejos una de la otra.

María es jovencita, algunos dicen que tenía 14 años.

Su embarazo es reciente, le avisó un ángel recién que se iba a embarazar.

Isabel es ya muy mayor, no pensaba tener familia, ya está con seis meses de embarazo. Un ángel le había avisado a  su esposo Zacarías, que iba a tener un bebé. Pero su esposo no le creyó al ángel, y se quedó mudo durante todo el embarazo.

En la tarjeta, María es kolla [1], del Altiplano, e Isabel es camba [2]. Ha caminado o viajado muy lejos, se ve el camino, para llegar a donde su prima. María se ríe. Es joven, se ríen mucho, pero también se quiere tapar la boca, está un poco avergonzada. Isabel está cargando un balde de agua.

Sin agua no hay vida. ¿Ahorita mismo, María va a tomar el balde, diciendo: te lo cargaré, hermana? ¡Es que ya estás cargando una wawa [3]! Isabel dará a luz a Juan el Bautista, que será un profeta que llamará la atención al pueblo, les dirá que cambien, que se arrepienten. Él bautizará a Jesús. Y luego tendrá problemas con el Rey, quien le echará en la cárcel, y luego será ejecutado.

María dará a luz a Jesús, el salvador. A él los cristianos consideramos el hijo de Dios. Igualmente predicará al pueblo, pero además sanará a enfermos y resucitará hasta muertos. Él nos predicará el amor. Igual que su primo, tendrá problemas con las autoridades, será sentenciado y ejecutado a muerte. Pero él resucitará de los muertos.

Dos mujeres se encuentran. Ambas están embarazadas. María se queda tres meses en la casa de su prima, ayudándole hasta que nazca su wawita Juan.

No hay nada especial en este hecho, de que una jovencita visite a su prima mayor para ayudarle durante la etapa un poco pesada del embarazo, y que aprenda también qué cosas hay que hacer durante y después del parto. Las Marías de todo el mundo están visitando a las Isabeles de todo el mundo. ¿Por qué lo relata el evangelista Lucas?

Lucas era médico, y tal vez por eso escribe más sobre las mujeres, en sus dos libros: el evangelio y el libro de los hechos. Diversas mujeres, seguidoras de Cristo, en parábolas e historias, son foco de atención para Lucas, Eso no era común en su época, no se hablaba de las mujeres o solamente cuando eran mamá de alguien famoso. Pero Lucas sabía que no hay vida sin mujeres, y que ellas tienen momentos especiales en sus vidas.

Así que Lucas escribe sobre la “visitación”. ¿Por qué será tan importante esta visita de la joven María a su prima mayor?

Lo que nos enseña esta visita, lo llamamos sororidad. Viene de “sor”, la palabra en latín de “hermana”. La sororidad significa ayuda entre mujeres. Es ayuda entre mujeres en luz de que nos hace falta mucho apoyo, porque la sociedad muchas veces no apoyo a las mujeres, especialmente cuando necesitamos apoyo como durante el embarazo, parto o tiempo de lactancia.

Tenemos otras palabras para describir esta ayuda, pero es importante vivir la sororidad.

Otros la llaman solidaridad, pero la sororidad es específica entre mujeres.

Otros la llaman hermandad, pero no es necesariamente entre familiares.

Otros la llaman fraternidad, pero esas sirven solo para organizar fiestas y bailes.

Otros la llaman ayni [4], pero aquí María no espera que Isabel le devuelva exactamente lo mismo. María simplemente le regala su tiempo, su ayuda, a su prima en este momento. No hay nada de interés, cuánto le va a pagar Isabel, o de envidia entre las dos mujeres. La sororidad es puramente amor, apoyo, sin miramientos. Hablaremos no más de sororidad, y practicaremos esta ayuda entre mujeres.

¿Así que este texto bíblico es solamente para mujeres? No, porque les enseña que sus esposas, sus hermanas, sus mamás o sus hijas a veces necesitan alguna ayuda especial. Tal vez necesitan que les compre paños higiénicos, cuando tengan su menstruación. O necesitan más apoyo con las compras cuando están embarazadas. O necesitan ayuda en todo porque tienen un bebé a lactar. Al final, la vida es tan preciosa, pero necesita mucho apoyo de mujeres y de hombres.

Qué pasa con los varones de esta historia: Zacarías vuelve a poder hablar recién cuando nace su hijito y él cumple con lo que le dijo el ángel: dale el nombre de Juan. José, el esposo de María, escucha a un ángel que le advierte del peligro del rey de Herodes, y cumple con el mensaje de llevar a su joven familia a Egipto, para evitar la matanza. Ambos padres tienen roles muy importantes, en lo que llamamos paternidad responsable.   

Pero hoy, en este cuarto domingo de Adviento, encenderemos las cuatro velas de la corona de Adviento y esperamos ya a la Navidad, la Noche Buena el 24 y el festejo del 25.

Mujeres: practicaremos la sororidad entre nosotras. Varones: practiquen la paternidad responsable. Dejemos a Jesucristo entrar en nuestros corazones y en nuestras haceres de todos los días.

Que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. – Amén.

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[1] Denominativo boliviano a las etnias del Altiplano, aymaras, quechuas y pukinas.

[2] Denominativo boliviano a campesina/os del Oriente amazónico: mestizos, guaraníes, ayoreos, guarayos, chiquitanos, moxeños y otros.

[3] Palabra boliviana para “niño/a o bebé”, viene de lenguas andinas (aymara y quechua)

[4] Palabra y concepto aymara de ayuda mutua, se basa en la devolución exacta de lo que uno recibió.