Luchando contra el mosquito tigre
Hay reacciones que debilitan nuestra confianza en que la Palabra es siempre de fiar
A veces reaccionamos ante ciertos textos del Evangelio como si nos hubiera picado un mosquito tigre inoculándonos un virus peor que el del Nilo que debilita nuestra confianza en que la Palabra es siempre de fiar: “Es injusto que los últimos jornaleros cobraran igual que los que llevaban deslomándose todo el día…”; “Intolerable el egoísmo de las chicas de la parábola que no compartieran su aceite…” , “Y el administrador aquel, menudo pájaro, solo alguien a quien se le ha ido pinza puede felicitarlo…”
El asunto sube de tono cuando el cuestionado es el propio Jesús: “Me indigna que se sigan leyendo esas palabras tan ofensivas contra una mujer”; “Yo creo que es un texto apócrifo, ¿cómo iba Jesús a llamar “perro” a alguien?”, “No soy antisemita pero suena a Netanyahu tratando así a los palenstinos ...”
Como la experiencia me enseña que la explicaciones eruditas solo les sirven a unos pocos y los consejos menos aún, me limito a contar mi propia reacción cuando esa listilla borde que se aloja en mi interior – y en el de cada cual, no se hagan los virtuosos- hace su aparición.
Primero busco la puerta de atrás del texto y desde ahí, planto un desafiante ataque frontal tipo: “Pues a mí me encanta que Jesús haga saltar por los aires el sistema perverso de la meritocracia y ponga el acento en el corazón bueno del Padre. Hay que ser un cernícalo para no darse cuenta de que el aceite simboliza lo esencial en la vida: con eso no se juega y no hay tiempo para andar trasteando con lamparitas. Y olé al administrador espabilado que convirtió a sus deudores en cómplices; ya quisiera yo para mí algo de su astucia.
¿Jesús y la cananea? Otro de mis textos favoritos. Qué preciosidad ver cómo se van derritiendo los prejuicios ultraconservadores de Jesús - humano como usted y como yo, no se olviden – . La mujer, listísima, sabe darle la vuelta a sus argumentos y con una estrategia genial logra encontrar el meeting point que la vincula con Jesús en una pasión idéntica que los hace coincidentes.
¿Alguien conoce un antirepelente mejor?
(Vida Nueva, Septiembre 2024)