Promesas con letra pequeña

Después de las elecciones, ¿dónde irá a parar lo prometido?

Cuentan que María de la Cabeza, santa esposa de Isidro Labrador, tenía arrebatos místicos que la hacían levitar y cuando su marido llegaba de trabajar en el campo, tenía que  tirarle  de las faldas  para que bajase al suelo y le hiciera la comida. Mi maestra de novicias recurría a esta anécdota ejemplar para avisarnos de los peligros que corrían las que,  elevándose en pos de metas sublimes,  se despegaban  del realismo de lo cotidiano.  Pienso que algo de eso está presente en las dos palabritas que aparecen  - solamente en el evangelio de Marcos -,  junto a la promesa de Jesús a quienes renuncien a posesiones o familia por causa suya: “Recibirán el ciento por uno con persecuciones” (Mc 10,30). Parece una frasecita de nada, escrita  en letra pequeña como en los contratos de las hipotecas,  pero previene sabiamente a los aprendices de discípulos:  Aquel a quien pretenden seguir va a estar con ellos y es un Compañero fiel,  pero su presencia no va a evitarles  tener que atravesar valles de sombra y muerte.

Escribo estas líneas en los días previos a las elecciones presenciando cómo  políticos y promesas  van  amarraditos los dos, espumas y terciopelo y su esplendidez brota con mayúsculas de unos cuernos de abundancia de cuya anterior existencia no teníamos noticia.  No existen condiciones ni límites y los fondos europeos acudirán presurosos con sus paquetes de estímulos: los carteros cobrarán con largueza las horas extra dedicadas al voto por  correo, los jóvenes obtendrán pingües beneficios por el mérito que supone cumplir 23 años,  la tauromaquia recibirá generosas subvenciones gracias, en este  caso,  al ahorro  que supondrá que los inmigrantes sin papeles dejen de tener acceso a la sanidad pública.   

Las rebajas llegarán pronto en forma de decepción, sea cual sea el partido ganador, y es un momento oportuno para que los creyentes recordemos que nada se da sin persecuciones . Y también que, como decía Chesterton   “El cristianismo está lleno de fiestas pero casi todas conmemoran los nombres de santos que las ganaron entre tormentos”.

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