Aprender a necesitar

Aprender a necesitar
Aprender a necesitar

“A veces podemos creer que no necesitamos nada, que nos bastamos nosotros mismos y vivimos en la autosuficiencia más completa” (papa Francisco). Es bueno saber necesitar; pero parece algo que nadie quiere aprender. Lo normal es que oigamos expresiones como “yo me basto y me sobro” … Pero ¿quién no necesita algo, a alguien de mayor o menor calibre? SIEMPRE necesitamos de los demás. No vivimos aislados, el ser humano es un ser sociable que necesita del otro; pero, aun sabiendo esto, ¡cuánto nos cuesta aceptarlo y asumirlo! Sobre todo, en determinadas edades…

Queramos o no, la realidad se impone y asumir esa fragilidad y “debilidad” (lo entrecomillo porque no debemos verlo como debilidad, sino algo que agradecer, porque nos impulsa a “crecer”) no siempre es fácil.

Cuántas veces nos hemos encontrado cansados, heridos por la vida y lo hemos intentado solapar con palabras y actitudes como “estoy bien; no te preocupes; yo puedo; no tengo problemas”, etc… Pero la humildad es algo que deberíamos aprender y cuanto antes lo hagamos mucho mejor. Debería formar parte de nuestra vida, de nuestra mochila de viaje. No olvidemos que somos barro, el barro es frágil, asumámoslo… Aprovechemos esa etapa de la vida para darnos cuenta de que todos, tarde o temprano, necesitaremos de esa mano tendida. Por eso, cuanto antes aprendamos a cambiar la palabra fragilidad por esperanza, seremos más felices.

Dejemos de jugar a ser dioses y aprendamos a lidiar con nuestra debilidad. Todos necesitamos de todos. Nuestra vida es una vida compartida y entregada en la medida de lo posible. Si aceptamos y “aprendemos a necesitar” estoy segura de que nuestro talante ante la vida será diferente… ¿Lo intentamos?

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