¡Atrévete a ser tú mismo!

¡Atrévete a ser tú mismo!
¡Atrévete a ser tú mismo!

Amig@s que compartís conmigo este minuto. Hoy reflexionaba sobre la autenticidad de las personas, y lo hago, desde quienes viven felices en un mundo forjado a su medida, en el que se sienten seguros sin querer abandonar, rodeados de constantes falsedades o mentiras sin ser conscientes de ello y del que se niegan a salir por la falsa seguridad que les proporciona y creen.

Sé que cuesta hacer frente a las caretas o falsas seguridades que solo nos llevan a vivir desde la hipocresía o el silencio, sobre todo, si nos han acompañado durante toda nuestra vida como compañeras de camino.

En una sociedad como esta, en la que solo importa el exterior o la imagen, cuesta vivir desde el corazón, desde lo que siento y soy. Pesa demasiado el qué dirán, la opinión del otro aun sabiendo que, en lo más hondo de nosotros, no nos hace felices, pero nos cuesta renunciar, nos cuesta desnudarnos. Acoger lo que soy y desde donde lo soy, dejas atrás el ego, ¡Cuánto nos pesa!, una palabra tan pequeña y que carga lleva consigo… Nos puede la prepotencia, el poder ser juzgados por quienes llamamos “amigos” quienes quizá, no lo sean tanto, cuando dejamos de complacerlos y ser como ellos quieren que seamos y no como yo me siento, eso, asusta…

Pero ¿por qué tenemos miedo a relacionarnos desde la verdad, desde la autenticidad, como soy, con mis aciertos y errores?

La vida es corta y como dice el salmo 89: “aunque uno viva setenta años, y el más robusto hasta ochenta, la mayor parte son fatiga inútil, porque pasan aprisa y vuelan”

Si nuestra forma de vivir es bajo apariencias que no corresponder a como soy de verdad, no nos estaremos dando la oportunidad de ser yo mismo. Merece la pena hacer un esfuerzo y mirarnos desde dentro, sin espejos que nos devuelven lo que queremos ver. Solo entonces, descubriremos esos miedos que no nos dejan caminar con honestidad…

Aunque nos asuste, si somos capaces, nos habremos liberado de esas mascaras que utilizamos para escondernos y ser lo que los demás quieren queseamos, para empezar a vivir en autenticidad.

Acabo mi compartir con una frase del gran escritor argentino Jorge Bucay: “No negocies tu autenticidad a cambio de una mirada de aprobación”

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