Destinados a la nimiedad

Destinados a la nimiedad
Destinados a la nimiedad

Hace unos días las noticias se hacían eco de un joven que casi empezaba a vivir. 18 años, asesinado en las calles de México. Apenas 10 segundos, eso duro la noticia. ¿Su nombre, el porqué de ese suceso? Silencio… nadie lo sabe…

Eso me hizo pensar y compartirlo hoy con vosotros en este minuto. “Ni siquiera dijeron su nombre”, no era nadie, uno mas de tantos… los pobres parecen destinados a un anonimato aún mayor si cabe, nacen y mueren sin hacerse notar… Pienso en el evangelio del rico y Lázaro y resalto dos frases: “había un hombre rico (…) junto a su puerta estaba tendido un hombre pobre. Ese hombre pobre se llamaba Lázaro” (Lc 16,19-20). El rico no tiene nombre, ahora, sin embargo, parece ser, al contrario.

La desigualdad entre los países pobres y ricos es el mayor desafío de nuestro tiempo. Cada vez las naciones pobres están mas ignoradas por las ricas, la brecha entre el norte y el sur se intensifica. Demasiados hermanos nuestros vienen buscando una mejor condición de vida, intentan ya no vivir, sino sobrevivir… sin embargo parece acrecentarse el miedo o rechazo a recibirlos, problema que quizá llegue a agravarse en un futuro no muy lejano.

El servicio a la riqueza se convierte en esclavitud a la misma perdiendo la sensibilidad por el que sufre, por el hermano que grita y extiende su mano intentando encontrar a alguien que se la tienda, llegando a perder el sentido y finalidad incluso de la misma existencia humana…

Ante esto ¿Cómo nos posicionamos, cual es nuestra actitud, mejor que actúen los demás porque no es mi problema…? ¿soy de los que extienden la mano, o mejor no la saco del bolsillo por lo que pueda pasar…?

Volver arriba