¡Hasta cuando!

¡Hasta cuando!
¡Hasta cuando!

Parece que el horror y la maldad nunca tienen fin. El mundo está envuelto en guerras, poder, dinero, egoísmo, tantas cosas que ya casi nada, o muy pocas cosas importan. Es como si ya nos hubiésemos acostumbrado a vivir así y ya parece que todo nos da igual. Las noticias corren a tal velocidad que no nos da tiempo ni a asimilarlas. Es como que nos hemos acostumbrado a ver ese tipo de noticias una y otra vez y apenas le damos importancia siguiendo con nuestras tareas.

Sin embargo, hace unos días hubo algo que aun sigo dándole vueltas y no dejo de pensarlo. Los informativos nos mostraban imágenes una vez más, del hambre de Gaza, de tantos niños que se están muriendo literalmente porque no tienen absolutamente nada. De pronto salió un pequeño de unos 8 años, llorando desesperado, sosteniendo una especie de cuenco, pidiendo que le echaran algo. Pero los mayores le aplastaban y no le dejaban acercarse. Alguien se fijó en él y solo alcanzaba a decir que se alimentaba de tierra porque no tenía nada para comer, ni siquiera le llegaba un pedazo de pan…

amig@s aquí tiramos la comida, los niños están desde temprana edad con sobrepeso, allí mueren. Aquí nos vamos de vacaciones al mar y a nuestro lado cadáveres que el mar expulsa, y ante tanto dolor ¿qué hacen nuestros políticos? NADA. Tan solo reuniones donde no faltan las grandes mesas y centros de flores en los mejores hoteles del mundo con un montón de camareros a su servicio. De esta forma dicen que están “reunidos” intentando encontrar una solución… ¡increíble!

Lo que no interesa es que acaben las guerras, que no haya inmigrantes, que no haya hambre porque por encima de tanto dolor, tanta miseria, está el dios dinero, ese que mueve todo y que tiene que seguir llenando algunos bolsillos.

Un dinero manchado de sangre, pero es lo que vale, lo que impera, lo que mueve todo. ¡hasta cuando!, hasta cuando…

El mundo está corrompido, pero es verdad que siempre nace una flor en medio de un desierto árido, porque siempre hay una mano tendida, ciudadanos solidarios que suplen a nuestros políticos dispuestos a darlo todo. Por lo tanto, quedémonos con eso, con una sencilla flor en medio del desierto que da la vida…

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