Qué palabra… y cuantos no saben ni sabrán nunca su significado…

Una persona se considera libre cuando es capaz de tomar sus propias decisiones sin ningún tipo de coacción y con la responsabilidad y consecuencias que sus actos conlleven, ¿pero sabemos siempre qué consecuencias o donde nos pueden llevar nuestros actos? Posiblemente no siempre sea así…

Cuando vemos, por ejemplo, en EEUU papás enseñando a sus hijos a utilizar un arma, estos padres actúan con toda la libertad del mundo, porque allí están permitidas, pero ¿sabemos las consecuencias de esa decisión? Probablemente no…Has actuado con total libertad porque nadie te lo impide, pero no siempre sabemos valorar sus consecuencias. Tampoco olvidemos que tu libertad termina donde empieza la mía, por lo tanto, ésta tiene que ser limitada por el beneficio de todos, y es ahí, donde entra en juego otra palabra: El respeto.

La libertad debería de ser un derecho para todas las personas, pero no siempre es posible. ¡Cuántos hermanos nuestros se encuentran privados de esa libertad! Quienes vienen en patera a nuestro país, ¿son libres?; quienes son explotados tanto a nivel laboral como humano, ¿son libres?; ¿Cuántos más ejemplos podríamos poner?... Utilicemos nuestra libertad para ser mejores personas, para hacer posible un mundo más justo e igualitario, donde nadie sea más que nadie. Utilicémosla con responsabilidad porque hay demasiados hermanos nuestros que cuando se les habla de “libertad” solo pueden verla como un sueño irrealizable. Algo que puede que nunca sepan lo que significa, o bien porque han nacido en un determinado lugar, en momento histórico o político.

La libertad no se nos da de golpe, la mayoría de las veces, hay que conquistarla cada día con nuestra forma de ser y proceder para ser capaces de transformar esas realidades que a veces pueden ser verdaderos infiernos para quienes lo sufren…Por lo tanto, trabajemos por ella conjuntamente sin egocentrismos y en unidad.