Miércoles de ceniza. Puerta de entrada a la Cuaresma

Miércoles de ceniza. Puerta de entrada a la Cuaresma
Miércoles de ceniza. Puerta de entrada a la Cuaresma

Hoy me pregunto: Cuantas veces a lo largo de nuestra vida hemos oído eso de: Conviértete y cree en el evangelio” o “Polvo eres y en polvo te convertirás”

Conozco personas que no suelen ser asiduas a las Eucaristías a lo largo del año, pero sí lo son un miércoles de ceniza o el día de todos los difuntos y me pregunto ¿por qué esos días? ¿son mágicos? Ante este hecho ¿Qué sentido tiene el gesto de la imposición de la ceniza, qué significado le damos hoy?

Creo que no nos podemos quedar en el gesto, sino que tenemos que dar un paso más y pensar que quizá éste sea el momento de mirarme yo y de mirar fuera. De ser mas sensibles ante la realidad que me rodea y saber buscar las huellas de Dios en lo cotidiano de la vida, pero ¿cómo?: sabiendo mirar, mirar desde dentro hacia fuera, sabiendo percibir las necesidades de tantas personas que me rodean.

El ayuno que Dios quiere en esta Cuaresma no es que comas o no carne, sino que hagas vida el Evangelio de Mt. 25, 34-36. “tuve hambre y me disté de comer, estaba enfermo y me visitaste…” Escuchemos las necesidades, los gritos, miedos, inquietudes, soledad de tantas personas y convirtámoslas en nuestra prioridad…

Esa es la verdadera Cuaresma. Saber mirar la vida, apartar esas ramas muertas que nos impiden ver el árbol, pero para ello, es necesario saber podar, algo que no siempre es fácil…

No olvidemos que la Cuaresma es camino, pero su final no es la cruz, sino la alegría de la Pascua…

Pongámonos en camino, ¡eso es lo importante! porque sino lo hacemos no alcanzaremos la meta…

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