Podemos sentirlo si queremos

Sé que no resulta fácil de explicar, por lo menos para mí, tan poco es fácil verlo, pero sí lo podemos sentir. No solo tuvieron la exclusiva aquellos hombres amigos de Jesús, hoy también ¡podemos! (como decían los seguidores de la selección española de futbol), otra cosa, es que queramos…
No grita, no hace ruido, sin embargo, está. Nos envuelve, se presenta como suave brisa, no como tempestad, pero ¿Cómo constatar que está? Una pregunta demasiado fácil ¿verdad?: ¿Quién levanta del dolor, quien hace renacer, quien siembra la esperanza o el perdón en nuestro interior?... como comprenderéis, eso no es obra nuestra, aunque a todo le queramos dar respuesta de laboratorio… Cuando se produce un choque, un cambio fuerte en nuestro interior, en nuestro ser, ahí está Él. No fuerza, nunca impone, no se subleva como nosotros, solo inspira, despierta, ilusiona, da sin pedir nada, es maestro de malos alumnos, pero sorprende su capacidad de persuasión…
Vivimos momentos complicados a todos los niveles, aunque seguro que no han sido ni serán los peores desde que el mundo es mundo y quizá haya situaciones en los que no resulte nada fácil sentirle, pero no dejemos de confiar porque ESTÁ, sigue ESTANDO. Es espíritu de Vida no de muerte, de luz, no de tinieblas, espíritu de camino.
Quizá si nos dejamos persuadir, si aflojamos un poco el ritmo de nuestra vida, nos resulte más fácil percibir su semilla en nuestro ser, semilla que no deja de crecer hasta dar el fruto deseado. Recordad: ¡podemos!
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